Bricall pide que el Consejo de las Artes sea ejecutivo y profesional
Los creadores solicitan al Parlament que no aplique la incompatibilidad
Un consejo con el máximo poder para el máximo de ámbitos formado por miembros que no respondan a cuotas sectoriales ni políticas y que tengan dedicación completa. Así defendió ayer Josep Maria Bricall ante el Parlament su informe sobre el Consejo de la Cultura y de las Artes de Cataluña con el que se ha elaborado el anteproyecto de ley. En la comparecencia posterior, la plataforma de artistas pidió que se evitara pofesionalizar esa labor.
Con voz pausada, buenas dosis de humor y la tranquilidad que da estar por encima del bien y del mal tras un currículo como el suyo (rector de la Universidad de Barcelona, presidente de los rectores europeos y consejero de la Generalitat con Tarradellas), Bricall pareció impartir una clase magistral ante la Comisión de Política Cultural del Parlament, que ultima una ley que revolucionará la organización de la política de apoyo y promoción de la cultura en Cataluña al transferirla a un organismo de notables independientes.
Conscientes del gran poder que acumulará el futuro consejo, los portavoces de los grupos parlamentarios fueron lanzando a Bricall preguntas con aires de recorte a partir del proyecto de ley, que el veterano profesor calificó de "respetuoso" con su informe.
El espíritu libre de Bricall ("los ex consellers de Tarradellas somos muy independientes", dejó caer) asomó en cada respuesta. "El consejo debería poder decidir sobre el máximo de ámbitos posibles; en Inglaterra tiene, incluso, competencias sobre aspectos televisivos", aclaró cuando algunos diputados insinuaron que el consejo pudiera decidir sólo sobre la producción artística y no entrara en el ámbito de las infraestructuras culturales.
Bricall fue un paso más allá y aseguró que sería bueno que el consejo asumiera las decisiones sobre las subvenciones a partir de la comisión de ayudas, formada por tres miembros del consejo y tres del Departamento de Cultura, como recoge el proyecto de ley. "Hay que evitar que con esta comisión se de la sensación de que hay una ventanilla más donde pedir dinero para ayudas. Eso sería, sencillamente, detestable".
Como recomendación, Bricall sugirió que la futura ley respete la "doble alma" del consejo: su función consultiva pero, sobre todo, su función decisoria, que puede verse reducida, en su opinión, según la elección de los miembros. "Desengáñense: cuanto más representativos de sectores sean los miembros, más acabará haciendo un consejo de tipo consultivo", lanzó. Redoblaba así uno de los aspectos más polémicos del informe Bricall: la política restrictiva en la composición del consejo, del que se excluirían a cargos públicos y políticos y a los que tengan actividades o empresas vinculadas al ámbito temático que abordará el consejo.
En esa línea, Bricall -que sugirió la creación de un consorcio entre el consejo y las Diputaciones para vertebrar el tema territorial- lamentó que el proyecto de ley no recoja su propuesta de incluir en el consejo a tres diputados junto a los 14 miembros independientes. "Era una manera de dejarles más libres", añadió. Pero se ratificó en un número de componentes alto y en su profesionalización cuando los parlamentarios sugirieron si podrían recortarse ambos aspectos. "En una primera fase, como mínimo el presidium tendría que tener dedicación completa", contrapuso.
Miedo a los gestores
En la antítesis de esta postura se manifestaron pocos minutos después en su comparecencia los representantes de la Plataforma de la Cultura per a un Consell de les Arts, que agrupa a 33 organizaciones cívicas y más de 11.500 creadores. "No se le puede pedir a un creador que esté cuatro años sin hacer nada", aseguró Max Sunyer, vicepresidente de la Unió de Músics y uno de los portavoces de la plataforma, que en cambio habló de "independencia, honestidad, rigor y voluntad de servicio", como cualidades, y de "creadores, gestores, emprendedores y pensadores", como perfil, al dibujar a los futuros miembros del consejo. "Si aceptamos el tema de la profesionalización hay el peligro de que sólo los gestores culturales, por su disponibilidad, copen esos puestos", apunta el coordinador de la plataforma, Florencio Guntín, que dijo que en octubre esperan presentar a la Generalitat una lista de 28 posibles candidatos, salidos de un largo proceso de votación de todas las entidades que la conforman.
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