"Donde hay ganado, más limpio"

Manuel Torres Guerrero, un ganadero de 36 años, ha llegado este fin de semana con su rebaño de 400 ovejas en las faldas del castillo de Santa Catalina de Jaén. La misión de estos invitados estelares no es otra que la de acabar con todo el forraje y la maleza que se convierte en una mecha potencial ahora que llegan las temperaturas más altas.

Medio Ambiente le ha dado todas las facilidades al pastor jiennense, ha construido un abrevadero y un corral donde guardar el ganado. "Este año hay más pasto del habitual, pero yo calculo que, en un mes, las ovejas dejaran limpio de forraje todo el monte", comentaba ayer, optimista, Manuel Torres que, a sus 36 años, es uno de los pocos pastores que todavía se ven por los alrededores de la capital jiennense.

El idilio entre Manuel Torres, su rebaño de ovejas y la Delegación de Medio Ambiente en Jaén no deja de ser paradójico. Y es que, hasta hace muy poco, Torres era perseguido una y otra vez por la Administración cada vez que sus ovejas se colaban en estos montes, que forman parte del parque periurbano de Santa Catalina. En una ocasión incluso llegaron a multarlo con 800 euros. Pero ahora todo ha cambiado y la Administración ha rectificado en sus planteamientos iniciales. La Junta, dentro de su programa Pastores por el medio ambiente, quiere convertir a la ganadería en uno de sus aliados en la lucha contra los incendios forestales.

"Este tipo de aprovechamiento ganadero va a servir como medida preventiva ante los incendios", comenta la delegada de Medio Ambiente, Amparo Ramírez. Otros, sin embargo, creen que la medida llega demasiado tarde, pues en comarcas como la Sierra de Segura, donde se contabilizan más de 100.000 cabezas de ganado ovino y caprino, los pastores se han venido quejando de la progresiva reducción de zonas para el pastoreo bajo el argumento de que es un espacio protegido, dentro del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas. "Está comprobado que los montes donde hay ganado están más limpios y son menos proclives al fuego", comenta Manuel Torres, que tiene claro que "no corren buenos tiempos" para su gremio. "Los precios de los corderos están al mismo nivel que hace 14 años; si a eso le añadimos los elevados costes, las restricciones de las zonas de pastoreo y lo sacrificado de este trabajo, vemos por qué cada vez hay menos jóvenes que quieran seguir la tradición familiar".

Sea como fuere, lo cierto es que las 400 ovejas de Torres dan más tranquilidad a los vecinos de las viviendas más altas de la capital jiennense, que en los últimos veranos han vivido sobresaltados por la proliferación de fuegos y conatos a escasos metros de sus casas.

Era significativo que muchos de esos fuegos estaban provocados por menores que, según sus propios testimonios, querían divertirse viendo actuar a los helicópteros.