No más negociaciones

Pocas sorpresas se esperan en la estrategia de Mariano Rajoy para el debate del estado de la nación. El líder del PP lo ha dejado claro a los suyos. La tregua relativa que ha concedido al PSOE tras la amenaza de ETA y su reunión con el presidente del Gobierno concluye el martes.

Dedicará una parte de su discurso al tema del terrorismo y, después de ofrecer su apoyo

con condiciones al Gobierno -"sólo para derrotar a ETA"-, planteará varias exigencias que, probablemente, se convertirán en uno de los platos fuertes del choque.

Rajoy reclamará a Zapatero que explique qué ha pasado en todos estos meses, qué ha tratado con ETA y cómo.

De poco servirá que el líder del PNV, Josu Jon Imaz, haya explicado ya que las negociaciones con la banda se rompieron cuando ETA exigió un compromiso para crear una institución de gobierno conjunto entre Navarra y el País Vasco. Rajoy exigirá al presidente que lo explique con detalle.

Rajoy ofrecerá su apoyo al Gobierno pero sólo para derrotar a la banda

La más relevante será, sin embargo, la segunda de las reclamaciones. El PP presentó en su día una proposición no de ley, que no prosperó, para derogar la iniciativa firmada en mayo de 2005 por todos los demás grupos que apostaba por el final dialogado de la violencia. Rajoy exigirá ahora al presidente "que diga que el llamado proceso ha terminado, y que en ningún caso abrirá otro proceso de negociación política con la organización terrorista".

Lo que no está aún decidido en el Partido Popular, aunque los dirigentes consultados lo consideran muy probable, es si este tipo de exigencias se transformarán en una resolución al final del debate.

La parte más significativa del discurso de Rajoy, pues, estará concentrada en torno al frustrado proceso de paz y a ETA.

Sin embargo, el presidente del PP está preparando a conciencia otros muchos asuntos en torno a los cuales articulará su intervención. Rajoy estudia a fondo este fin de semana las fichas que le ha preparado su gabinete. Como suele hacer, ha pedido un montón de papeles que memorizará y asimilará para hacer después un compendio.

El líder del PP se enfrenta a su último gran debate antes de las elecciones generales con la moral que le otorga su victoria en número de votos en las municipales del 27-M. Con su liderazgo reforzado, llega para él el momento de mostrar su alternativa.

Por eso, después de resumir la legislatura de Zapatero como la de "la memoria histórica, el cambio en el modelo territorial y la negociación con ETA", desgranará propuestas sobre los que son, en opinión del PP, los principales problemas del país.

Rajoy lanzará ideas basadas en el modelo liberal que aplican los presidentes autonómicos de su partido, centradas en cuestiones como la baja productividad de la economía española, la calidad del empleo, la competitividad y los ratios en educación y en I+D o el déficit exterior. También propondrá reformas para ampliar la libertad de empresa y facilitar la creación de empresas.

Rajoy insistirá en el discurso de que el crecimiento no se refleja en la capacidad adquisitiva, y en el problema que suponen las subidas de las hipotecas. También hablará de inmigración -criticará las regularizaciones masivas-, de seguridad ciudadana y de política exterior. En este capítulo, recordará a Zapatero que en el eje franco-alemán, aquel al que el presidente dijo querer acercarse, gobiernan sus aliados europeos.