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Reportaje:

Recuperar el tiempo perdido

Las academias y los profesores particulares ganan clientela durante el periodo vacacional

El curso escolar termina y, con él, se abren las puertas de las academias de verano. Los alumnos que no han aprovechado las clases durante el invierno deberán recuperar el tiempo perdido en vacaciones. Cada año, son miles los estudiantes que recurren a clases particulares y academias para afrontar la recuperación de sus materias y este curso, en concreto, se prevé un incremento del número de alumnos de Secundaria, debido a la reaparición del riesgo de repetir.

Este año, la posibilidad de que un alumno de Secundaria repita curso no será tan remota como antes de la reforma de la Ley de Educación. A partir de septiembre, aquellos alumnos que suspendan tres o más asignaturas tras el periodo de recuperación, no podrán pasar al siguiente curso, a no ser que los profesores decidan lo contrario (antes, la decisión dependía de los padres). Los estudiantes podrán repetir curso dos veces en los cuatro años de la etapa y nunca el mismo curso, salvo en el último, 4º de ESO.

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En los seis cursos de Primaria (de seis a 12 años), la situación sigue tal y como estaba definida hasta ahora: sólo se podrá repetir una vez, y siempre con planes específicos de refuerzo y apoyo.

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La academia Eiffel de Sevilla es una de las muchas que intensificarán sus clases durante este verano. Sus aulas se llenarán cada día de adolescentes y jóvenes que no han podido aprobar todas las asignaturas que debían completar durante el curso. "Tenemos alumnos de 13 a más de 20 años", explica el propietario del centro, que imparte la mayoría de las clases que se desarrollan en estas aulas, Antonio Morenas.

Morenas es Ingeniero Industrial, sin embargo, hace dos años decidió invertir su tiempo en la docencia privada, por dos razones principales: "Por vocación, y porque se gana más dinero con ésto que con el trabajo de ingeniero, al menos, en esta zona", argumenta convencido. Lo cierto es que las academias de estudios han proliferado en los últimos años. Una de las razones de este auge es la rentabilidad para los padres: clases baratas y cobertura general para todas las asignaturas.

En la academia Eiffel los cursos de verano van desde 69 euros al mes por 40 horas de clase para una sola asignatura (1,7 euros por hora) a 199 euros al mes por clases para cuatro o más materias (1,1 euros por hora). Una de las peculiaridades que ofrece esta academia es su persistencia: "Hacemos exámenes todos los viernes y los lunes se informa a los padres. Si suspendes, tienes una hora más gratuita por las tardes; así que merece la pena aprobar", comenta entre risas Curro Arias, estudiante de Segundo de Bachillerato que no ha podido presentarse a Selectividad, pues le han quedado dos asignaturas: Biología y Matemáticas. Arias estuvo el año pasado en la misma academia y aprobó las materias suspendidas para pasar de Primero a Segundo. "Me he arrepentido de no seguir viniendo durante el curso, porque cuando ya me había acostumbrado a estudiar, volví a clase y perdí el hábito, pues en el colegio me distraigo mucho", explica el joven, de 18 años. Como él, su compañero Ildefonso Ferrón, de la misma edad, ha decidido matricularse cuanto antes en la academia, tras suspender Química y Lengua. "Me levanto cada día para entrenar a las 5.30, pues soy deportista federado, y cuando llego a clase a las 8.30 estoy cansadísimo y me aburro mucho", reconoce.

Tanto uno como otro están dispuestos a superar el bache y recuperar sus asignaturas. "Lo mejor que tienen estas clases es que la atención es más personalizada", opina Arias, que querría estudiar Medicina o Fisioterapia. Ferrón, que quiere hacer Magisterio, aunque todavía no ha empezado sus clases de recuperación, ya ha comenzado a estudiar. "Gracias a mi padre, que siempre está encima para que estudie", dice.

Al final del verano, justo antes de los exámenes, las clases se intensificarán y extenderán a los fines de semana. "Tenemos más de un 80% de aprobados cada verano. El que viene con intención de estudiar, aprueba. Hago todo lo que puedo, pero hay veces que es prácticamente imposible", reconoce el profesor.

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