El secretario del rey de Marruecos causa un escándalo que salpica a los negocios reales
A veces en voz alta, a veces con discreción, los organismos económicos internacionales recomiendan a Marruecos una más nítida separación entre poderes públicos y negocios. El consejo no ha sido tenido en cuenta por uno de los personajes más influyentes del reino, Mohamed Mounir Majidi, de 43 años, secretario particular de Mohamed VI y desde 2001 presidente del holding Siger (anagrama de Regis), que regenta las empresas pertenecientes a la familia real.
Por una vez no ha sido ninguno de los semanarios díscolos, que tanto incordian al poder, sino un diario nada molesto, Al Ahdat Al Maghrebia, el que hizo la revelación explosiva: el Ministerio de Asuntos Religiosos vendió a finales de 2006 a Majidi un terreno urbanizable de 4,5 hectáreas en Taroudant a 50 dirhams (4,95 euros) el metro cuadrado en lugar de 4.500 (413 euros), su valor real.
Le regaló, en definitiva, más de 18 millones de euros, el verdadero precio del terreno en una zona turística meridional puesta de moda por el ex presidente francés Jacques Chirac, que desde hace años pasa allí sus vacaciones. La información no ha sido desmentida.
Para vender sus propiedades, adquiridas, con frecuencia, con el dinero de musulmanes piadosos, ese Ministerio debe cumplir determinadas condiciones. Está obligado a demostrar que la transacción es beneficiosa para el interés general y la venta debe hacerse mediante subasta pública. No cumplió ninguno de estos requisitos.
La adquisición hecha por Majidi, dueño de varias empresas que han prosperado a pasos agigantados, ha sido este mes el tema predilecto de conversación de las elites marroquíes y da pie a editoriales y columnas en los semanarios independientes, los únicos que comentan el escándalo.
"Si Mohamed VI lee la prensa de su país (es lo mínimo que debería hacer) tiene que exigir una explicación a su secretario y si la que da no es convincente debe sancionarle", escribe la revista Tel Quel. "¿Lleva aparejado el carácter sagrado de la monarquía que sus cortesanos sean depredadores?", se preguntó, por su parte, Le Journal.
Interpelación islamista
Las formaciones políticas ignoraron, en cambio, la noticia, con la excepción de los islamistas legales del Partido de la Justicia y del Desarrollo. Su grupo parlamentario formuló, a principios de mes, al titular de Asuntos Religiosos, Ahmed Taufiq, una batería de preguntas a las que aún no contestó.
El escándalo incitó a la prensa a preguntarse de nuevo sobre la conveniencia de que la familia real y los que le rodean, que son los que de verdad ostentan el poder, se dediquen a los negocios. Las empresas integradas en el holding Siger representan el 8% del PIB de Marruecos. El 60% de los valores que cotizan en la bolsa de Casablanca están vinculados al palacio real. "Es anormal que el rey tenga negocios porque la tentación del abuso de poder es demasiado fuerte", asegura Ahmed Benchemsi, director de Tel Quel.
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