La diversión, según Michael Bublé
El 'crooner' reivindica el entretenimiento en 'Call me irresponsible'
Michael Bublé es la bomba. Uno puede sospechar de la excesiva prudencia con que desarrolla su labor discográfica -su último trabajo es Call me irresponsible, Warner-, pero termina dejándose arrastrar por su energía y su humor. Por ejemplo, Bublé hace una imitación mortal del músico de jazz sobre un escenario. Cuando se apagan las risas, apunta que "hay jazzmen que prefieren que no se note que disfrutan. Son tan jodidamente cool que ignoran totalmente al público. Tocan para ellos mismos o para sus colegas. Sé de lo que hablo: algunos de mis músicos tienden a esas posturas. Y yo les digo: 'Vamos a salir a divertirnos y el público tiene que notarlo. No quieren ver agonizar a Chet Baker, vienen a un show que anima un tal Michael Bublé".
¿Y qué ofrece el tal Bublé? "¡Entretenimiento! Standards y canciones de pop o soul, pero con algunas maneras jazzísticas. El máximo inventor del siglo XX es Louis Armstrong: cambió el mundo. Pero nunca se consideró más que un entretenedor. Ah, y fue un gran porreta. ¡Algo bueno debe tener la marihuana si le mantuvo activo y feliz durante setenta años!".
Excitado, se dispara en una reflexión sobre Las Vegas: "En el mundo del rock se decía despectivamente: 'Es muy Las Vegas'. Ahora, todos actúan allí, de los Stones para abajo. Yo prefiero un show de un artista de Las Vegas a un cantautor que quiere ser Dylan y aburre a su público. Aunque Las Vegas resulta agobiante: a lo cuatro días, yo empiezo a subirme por las paredes. De todos modos, es la ciudad perfecta para alguien que se sienta algo gordito: nunca se ha visto tal concentración de gente obesa hasta lo patológico".
De Bublé tenemos la idea de que funciona como marioneta en manos del megaproductor David Foster. No se siente insultado al oírlo: "Hey, es posible que yo seguiría actuando en bodas de no haber conocido a David. Sencillamente, sabe cómo vender discos. Sería absurdo seguir las pautas de Sinatra, hay miles de discos suyos donde están las mismas canciones que yo hago. Por eso, les damos las vueltas: yo hago su That's life como si fuera una canción de iglesia, algo tocado por Donny Hatthaway".
Asegura que elige todo el repertorio que graba. "La excepción en el nuevo disco es Me and Mrs. Jones [un drama de adulterio, escenificado por Billy Paul en 1972]. Cuando comienzo a cantarla, veo a gente de cierta edad exhalar suspiros, hasta que recuerdan que su cónyuge está al lado y ponen cara de póquer".
Bublé (Columbia Británica, 1975) se siente muy canadiense: "Hemos logrado ser diferentes de Estados Unidos, tenemos una visión amplía del mundo. Nos sentimos parte de una nación mestiza. Cuando llamé a Leonard Cohen para avisarle de que quería grabar su I'm you man, me respondió: 'Todos los canadienses estamos orgullosos de tu éxito'. Al ser un país tan joven, preferimos reconocernos en una identidad muy flexible. Por ejemplo, allí nadie se asombra de que yo tenga también nacionalidad italiana".
Internacionalista, su sueño es grabar un disco en Brasil, al estilo de los elepés que Sinatra hizo con Jobim y Dedodato. "Incluiría también boleros, música muy sexy que me ha descubierto mi ingeniero de sonido, Humberto Gatica. ¿Quieres saber un secreto? De todo lo que he grabado hasta hoy, mi favorita es Wonderful tonight
[la pieza de Eric Clapton pasada a bossa nova], que canto con Ivan Lins. Es infalible, me dicen los oyentes: espero ver, en unos años, una generación de niños que fueron concebidos tras sonar mi Wonderful tonight"."De todo lo que he grabado hasta hoy, mi favorita es 'Wonderful tonight'. Es infalible"
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