Cómo recuperar una ciudad
Los protagonistas de la rehabilitación urbana de Santiago cuentan sus secretos
El teatro está a oscuras. Sobre la pantalla situada en el escenario comienzan a sucederse imágenes de la ciudad, del pasado de sus calles y de su presente. De fondo se escuchan las voces de los protagonistas, que explican en breves intervenciones, uno tras otro, su trabajo: son arquitectos, arqueólogos y urbanistas que participaron en la rehabilitación de algún punto de Santiago y que expusieron sus experiencias en las jornadas Reflexos, organizadas en el Teatro Principal por la Oficina de Rehabilitación y Casco Histórico y el Consorcio de Santiago.
Los protagonistas, más de una veintena, muestran cómo gracias a la propia nomenclatura de las calles podemos intuir el trazado por donde pasaba la antigua muralla del siglo XI que rodeaba la ciudad, como ocurre con Virxe da Cerca o la Rúa de Entremuros. La sorpresa surgió precisamente en un edificio de esta calle, donde los arquitectos encargados de su rehabilitación se toparon con una muralla centenaria que actuaba como un muro más de una de las casas.
"Los hallazgos arqueológicos pueden aparecer incluso fuera del casco histórico"
Según el director del proyecto, Tomás Rodríguez, se llegó a esta situación cuando, tras quedar obsoleta la utilidad defensiva de la muralla, los terrenos en los que se asentaba se vendieron a los compostelanos de la época, que comenzaron a levantar sus casas en el lugar. Así, indica, "desapareció". Por una cuestión práctica, el antiguo inquilino del edificio decidió construir encima en vez de derrumbarla. Dejó así sin saberlo en herencia el único tramo en pie de esta muralla de más de 950 años de edad.
Son historias que surgen de testimonios directos como el de Javier Chao, encargado de los sondeos arqueológicos del mercado de abastos. El cuidadoso trabajo de excavaciones descubrió tumbas, muros, sumideros y restos cerámicos. Las investigaciones posteriores permitieron hacer dataciones y reconstruir cómo era la ciudad en aquel entonces. "Los hallazgos arqueológicos pueden aparecer en cualquier sector de la ciudad, incluso fuera del casco histórico". Fue la conclusión a la que llegó Manuela Pérez tras encontrar una canalización de piedra que podría datar del siglo XVI mientras rehabilitaba un inmueble de la periferia. "No pensamos que esos sondeos nos proporcionarían ningún resultado", pensó antes de realizar el hallazgo y comenzar a investigar.
La reurbanización también se discutió en las jornadas, como la de la calle Bonaval, donde se imitó el pavimento antiguo con técnicas manuales. Un trabajo muy laborioso que, en contra de la estética de sus autores, ha de adaptarse a los nuevos tiempos del tráfico. "Da grima pintar una línea amarilla sobre la piedra, pero bueno, es así", indican los autores, que llevan con resignación que los árboles que plantaron en la entrada del cementerio de la zona hayan crecido al mismo ritmo que los coches, que "fastidian" el espacio. Su punto de vista contribuye, como los demás, a la evolución de la ciudad.
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