La agencia europea Fusión para la Energía contratará a 120 ingenieros de alto nivel en Barcelona para el ITER
Ingenieros nucleares, mecánicos y civiles, entre otros, hacen cola en Barcelona. De los 5.000 candidatos para cubrir 120 empleos de alto nivel en la nueva agencia europea Fusion for Energy (Fusión para la Energía), 400 han pasado a la fase final. El reclamo ha sido la posibilidad de participar en un excepcional proyecto de investigación: el desarrollo del ITER, el reactor experimental internacional de fusión nuclear, con el que se intentará demostrar que es posible reproducir la forma en que estrellas como el Sol producen ingentes cantidades de energía.
Esta agencia gestionará la contribución europea (2.000 millones de euros) para la construcción del ITER, que está previsto que comience a funcionar en la localidad francesa de Cadarache en 20 años.
El próximo jueves, aprovechando que se reunirá el primer Consejo de Administración de Fusión, inaugurarán las instalaciones el presidente de la Generalitat, José Montilla; la comisaria para la Ciencia y la Investigación, Janez Potocnik; la ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, y el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. El director de Fusión para la Energía para los próximos cinco años no se conocerá hasta el 17 de julio.
En la actualidad, la agencia ocupa cinco plantas de un edificio en la zona del Fórum. El CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas) les ayuda en la infraestructura logística. Por ahora, trabajan sólo 45 personas, a la espera de que lleguen los nuevos fichajes, algo que no se producirá hasta el próximo otoño, calcula el griego Stavros Chatzipanagiotou, jefe de unidad de la Comisión Europea para la agencia.
Trabajarán, sobre todo, ingenieros mecánicos y electromecánicos, ingenieros nucleares e ingenieros químicos y civiles; un equipo de expertos capaz de redactar en un tiempo récord las especificaciones técnicas de las convocatorias industriales, decidir las mejores propuestas y luego hacer un seguimiento muy estrecho de la fabricación de los componentes que formarán el ITER. "Algunos no se han fabricado nunca o se ha hecho con un nivel de exigencia inferior", destaca el griego. A los 120 ingenieros se sumará también el personal de administración y gestión.
En tres años, la agencia se mudará a un nuevo edificio en el 22@. Entre otras tareas, los expertos del equipo están acabando una serie de procedimientos para que las compras de los componentes del reactor "sean lo más transparentes y flexibles". Han creado una base de datos de las empresas europeas capaces de cumplir las exigencias técnicas. Un ejemplo: en Europa sólo hay 10 compañías capaces de fabricar los cables superconductores de los imanes del reactor.
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