El enfriamiento inmobiliario obliga a Colonial a reorganizar su deuda
La entidad restará del préstamo 1.500 millones que invirtió en FCC
Los problemas en el sector inmobiliario llegan a pares. No bastaba con la caída de la cotización en Bolsa y con la creciente dificultad para colocar los pisos en construcción. Los cuatro bancos que prestaron 7.200 millones a Colonial para financiar su expansión, conocedores de la coyuntura negativa, negocian condiciones más estrictas. Para satisfacerlos, la entidad de Luis Portillo restará de la deuda 1.500 millones, que dedicará a financiar su parte en FCC.
La operación serviría para disminuir el peso de la deuda inmobiliaria de la compañía. Los 1.500 millones de euros pasarán a ser considerados financiación específica para FCC, y los 5.700 millones restantes permanecerán como crédito sindicado. "Con este movimiento, separamos la financiación de FCC, un activo con buen nombre, de la del resto", apunta el consejero delegado de Colonial, Mariano Miguel.
Aunque pone el freno y asegura que todavía no hay nada cerrado, que las negociaciones con los cuatro bancos internacionales (Royal Bank, Goldman Sachs, Calyon y EuroHypo) continúan, Mariano Miguel dice que sería absurdo negar que la renegociación del crédito supondrá un aumento en los intereses que paga la inmobiliaria. "Calculo que nos costará entre un 0,25% y un 0,30% más", asegura.
Compra de oficinas
Colonial es una de las entidades que ya ha dado un paso al frente para hacerse con uno de los edificios de oficinas más codiciados de los que saldrán próximamente al mercado madrileño: la Torre Repsol, una de las cuatro que se levantan en los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid.
Aunque no cuantifica la oferta que han presentado, Miguel afirma que sólo estarían interesados en comprar si el rascacielos les aportara una rentabilidad del 4,25% como mínimo. "Con niveles más bajos, no nos salen los números", añade. De sus palabras se deduce que la oferta que ha presentado Colonial es inferior a 750 millones de euros, ya que, como reconoce el ejecutivo, con ese precio la inmobiliaria obtendría una rentabilidad "raspando" el 4%.
La entidad que surgió de la fusión entre Inmocaral y Colonial se muestra escéptica sobre sus posibilidades de hacerse con los inmuebles que próximamente sacará al mercado el Banco Santander. "Nosotros añadimos valor a los edificios que podemos transformar, a los que les podemos sacar un 6% o 7% de beneficio; y parece que el Santander los va a vender para alquilarlos acto seguido. Estudiaremos la situación, pero en principio no es nuestro campo de juego", dice el consejero delegado.
Sobre sus posibilidades con los activos inmobiliarios de Madrid que el BBVA también ha anunciado que va vender, Miguel es menos pesimista.
Antes de que acabe el próximo año, Colonial rebajará su participación en la francesa SFL. Del 84% del capital que tiene ahora, pasará a controlar menos del 60%. La empresa que preside Luis Portillo hace este movimiento para cumplir la normativa francesa de los SIIC (el equivalente galo de los REIT anglosajones), y poder acogerse a los beneficios que acompañan a este producto de inversión inmobiliario.
Venta o fusión
Para deshacerse del 24% que les sobra de SFL, Colonial baraja dos posibilidades: venderlo o fusionarse con otra entidad en el mercado francés. "Buscamos algunos socios en París, como Realia o Testa, pero no se consolidó ninguno de los dos proyectos. Ahora buscamos un socio, preferentemente francés o holandés, pero no es fácil encontrarlo", explica el número dos de la inmobiliaria.
Tras su ambicioso plan de expansión, que en su momento incluyó la fusión entre las sociedades Inmocaral y Colonial, la compra del 15% de Fomento de Conctrucciones y Contratas, y la oferta de adquisición (OPA) sobre Riofisa, ¿continúa la empresa con apetito comprador?. "Sí que nos planteamos comprar activos que consideremos interesantes en Francia" contesta Miguel, pero seguro que no nos haremos con una nueva sociedad".
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