Sueños y recuerdos de ocho veraneantes
Aventuras y periplos de Ana Blanco, Jesús Vázquez, María Botto y Juan Carlos Fresnadillo
La cala de San Vicente, en Mallorca; la isla canaria de La Palma; Las Vegas; la ruta de los castillos de Luis II de Baviera; Venecia... Personajes del arte y el espectáculo cuentan sus experiencias viajeras.
"En mi verano ideal no necesito más que una esterilla, una palmera, un batido de coco y buena compañía. Bali, islas Mauricio... el mar clarito con peces de colores. No hacer mucho, comer, dormir, disfrutar de la pareja" (Miguel Abellán)
"La isla Hvar tiene una iglesia preciosa en el puerto, es estupenda para callejear y hay restaurantes fabulosos como Macondo, con unos 'spaghetti alle vongole' de levantar el sombrero" (Ana Blanco)
Aveces, un verano no es más que un recuerdo. Una foto, un souvenir. Otras, es todavía sólo la ilusión de lo que será. Dickens escribió en Cuento de Navidad una fábula que enfrentaba a su protagonista a los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras. Adaptamos el clásico a la estación calurosa y preguntamos a ocho personajes cómo fue aquel verano del pasado que les marcó, cómo van a pasar o acaban de pasar un verano reciente y cuáles son sus planes para esas vacaciones del futuro que les rondan la cabeza todavía como un sueño. El cineasta mexicano González Iñárritu susurra unas ruinas secretas en Chiapas; el canario Fresnadillo recomienda la isla de La Palma. El televisivo Jesús Vázquez da pistas para perderse en Las Vegas, y Ana Blanco cuenta cómo se enamoró del nítido mar de Croacia y cómo sueña con ver Estambul. Veranos del pasado, el presente y el futuro para llenar las maletas de ideas.
ALEJANDRO GONZÁLEZ IÑÁRRITU
Director de Babel
Un secreto maya.
"¿Un viaje que me marcó? Las ruinas de Yaxchilan ['piedras verdes' en maya] en la jungla de Chiapas. Fui hace 10 años, entonces sólo se podía llegar en barca o en avioneta desde San Cristóbal de las Casas, donde nació el movimiento zapatista. Era una zona de una virginidad brutal. Recuerdo la naturaleza enredando sus raíces en la piedra, el paso del tiempo enroscándose en las ruinas y los sonidos de la selva, el rugido gutural de los changos saraguatos, que no suenan como monos, sino como leones. Es un lugar emocionante, te deja la sensación de haber tocado algo puro, de haberlo infectado a tu paso".
El Camino, recién pisado.
"Recorrí el Camino de Santiago hace menos de un mes. Ocho días de caminata. Hermoso. Es un viaje para desconectar; aunque haya mucha gente, siempre puedes encontrar la forma de andar solo".
El futuro cubano.
"El viaje que me queda por hacer es Cuba con mis hijos antes de que cambie".
ANA BLANCO
Periodista
Venecia, pese al calor
. "Venecia es la ciudad que más me ha marcado. Es un viaje en el tiempo, ves fotos antiguas y el cambio es mínimo. Conviene no ir en agosto, pero si no te queda más remedio, no hay que perderse Venecia".
Descanso en Hvar
. "No hay como el agua del Adriático, tan nítida. Hace poco viajé a Dubrovnik, y de allí, a la isla Hvar. Tiene una iglesia preciosa en el puerto, es estupenda para callejear y hay restaurantes fabulosos como Macondo, con unos spaghetti alle vongole de levantar el sombrero. Se puede ir en barquitos a las calas y la vuelta en ferry a Dubrovnik, entre la costa y las islas, es impresionante, sin construcciones todavía. Parece una Italia antigua".
Es el momento de Estambul. "Turquía está viviendo un momento muy especial, de transformación sociológica y política. Quiero ir a Estambul y pasar un tiempo suficiente para ver cómo lo viven ellos. Hay que viajar despacio, no ponerte los sellos de lo he visto todo, sino pararse, hablar con la gente, ser más viajero que turista. No es deformación profesional, es simple curiosidad".
MIGUEL ABELLÁN
Torero
Un 'Verano azul' mesetario
"Empecé a torear a los diez, así que vacaciones, pocas. Hasta entonces, los veranos fueron en Arauzo de Miel, en Burgos, en la casa grande de mis abuelos. Veranos de ir al pilón donde lavaban las mujeres, de coger renacuajos y fastidiar a las ovejas. Como en El laberinto del fauno, hacíamos trampas para conejos y tirachinas con una pinza, una goma del pelo y un clavo. Ahora ya no es lo mismo. No quedan renacuajos y quitaron el pilón".
El presente viaja en furgoneta
. "Mientras el resto está de vacaciones, yo paso calor en una furgoneta vestido de luces, pensando en uno de negro que me quiere comer. Este verano toreo en Málaga, Cuenca, Albacete, Valladolid... Todas las plazas tienen su encanto, quitando Madrid, que es un trago gordo de mucho miedo y responsabilidad. En la furgoneta: siestas, chistes y conversaciones de fútbol y de no fútbol... de lo que hablan los hombres".
El sueño de una playa con cocos
. "Mi ilusión es pasar un verano en una isla paradisiaca. No necesito más que una esterilla, una palmera, un batido de coco y buena compañía. Bali, las islas Mauricio... el mar clarito con peces de colores. No hacer mucho, comer, dormir, disfrutar de tu pareja. Las vacaciones deben ser eso; si vas a Venecia, tienes que verlo todo y vuelves más cansado de lo que te has ido".
JESÚS VÁZQUEZ
Presentador
Adolescente suelto en Mallorca. "Mi primer viaje sin padres. Fin de curso, 13 años, la primera vez que montaba en avión. En Mallorca le cogí el gusto a viajar. He vuelto muchas veces, a casa de una amiga, por lo que he podido conocer la otra isla, la de las calas maravillosas sin turistas. Me encanta el norte. Pueblos como Deià, donde vivió Robert Graves y está el increíble restaurante El Olivo. Va mucho famoso, incluido Michael Douglas. Cuando vi el libro de visitas aluciné, había presidentes, reyes y estrellas de Hollywood...".
A Las Vegas en montaña rusa.
"En agosto daré una especie de vuelta al mundo, tampoco como la de Willy Fog, sólo con seis paradas. Pararé en Las Vegas, ya tengo entradas para ver los dos montajes del Circo del Sol. Me encantan los parques temáticos, y Las Vegas es como una gran parque de atracciones. En el hotel Stratosphere hay una montaña rusa en lo alto, a 275 metros de altura. También iré a China, me vuelven loco los rascacielos; Hong Kong, Shanghai y Pekín son el nuevo hervidero, un museo de los grandes arquitectos como Norman Foster".
Un continente imaginado.
"Australia es mi fantasma de las vacaciones futuras. Bucearía por la barrera de coral con mi marido, fanático del submarinismo, y me dejaría aconsejar por unos amigos que viven allí. Me encanta que me orienten sobre un restaurante o una exposición. Si vas solo, al final te emborrachas de mirar y no ves nada".
MARÍA BOTTO
Actriz
Londres, petado.
"Tenía 15 años la primera vez que visité Londres. Recuerdo lo baratas que eran las habitaciones para estudiantes y las artimañas para que nos llegase el dinero. Ahora no volvería ni loca en verano; para un treintañero es una ciudad demasiado concurrida, pero con 15 o con 20, cuanta más gente, mejor".
La magia de Sintra.
"Hace poco visité Sintra, en Portugal. Me impactó. Los edificios son magníficos, cada uno un monumento. Hay pocos coches, está cerca de la playa... Es un lugar mágico. Maravilloso el palacio da Pena, igualito que el castillo de la princesa y el príncipe encantado que te imaginas de pequeña. Pensé que se llamaba así por la tristeza, porque es tan romántico, pero resulta que significa 'pluma".
En plan safari en Kenia
. "Mi destino soñado es irme de safari a Kenia. Para ver animales, no para cazarlos. Me fascina Memorias de África, la maravillosa obra de Karen Blixen, y esa sensación de plenitud ante el paisaje inmenso. Me da un poco de miedo, pero quiero saber qué es lo que se siente".
JUAN CARLOS FRESNADILLO
Director de
28 semanas después
La playa de la niñez
. "Pasé los veranos de mi infancia en la isla de la Palma, en la playa Puerto Naos. Fue un escenario de iniciación, allí viví la primera borrachera, el primer beso. Había un hotel fantástico a medio construir en el que nos colábamos... Ahora ya está terminado, pero el lugar sigue conservando el espíritu de playa local. Canarias, mi tierra, todavía tiene muchos sitios perdidos".
Barracudas en Costa Rica.
"Hace un par de años descubrí Puerto Viejo, una colonia jamaicana en Costa Rica. Tiene lo mejor del Caribe, no hay demasiado turismo, alquilé una casa con unos amigos y nos integramos en el pueblo. Nunca había buceado, me daba claustrofobia, pero una amiga me convenció y fue espectacular. Vi tiburones cara a cara, de aleta blanca, eso sí, que se supone no atacan, y atravesé un banco de miles de barracudas que luchaban contra la corriente".
De mochilero por Suramérica
. "Me gustaría tener tiempo para recorrer Suramérica durante un verano entero. Del Caribe colombiano a la Patagonia, con mochila y a la aventura. Pero hace falta mínimo un mes y medio... ¡año sabático ya!".
GENIS SEGARRA
Músico de Astrud
e Hidrogenesse
Mitomanía en Baviera. "No hace tanto recorrí el sur de Alemania en monovolumen, rollo Heidi en autovan. Hacíamos pic-nics en los lagos de los parques naturales más civilizados del mundo: con papeleras, basuras, zonas de sombra, lavabos, barquitas... Seguíamos el rastro de Luis II de Baviera, al que descubrí en Ludwig, de Visconti. Era un rey de finales del siglo XIX que ya no pintaba nada, el final de una raza. Se gastaba el dinero del pueblo en castillos delirantes, parques temáticos a sí mismo, como Linderhof, un Versalles en miniatura, con una cabaña de cazadores y una cueva con un lago dentro, todo artificial. Es un personaje odioso, tenía un mecanismo para que la mesa subiese puesta de la cocina y así no tener que ver a los camareros, e hizo construir un castillo en el que nunca vivió, sólo para verlo desde la ventana. Acabó fatal, ahogado en uno de los lagos donde hicimos pic-nic. También busqué la tumba en Múnich de Fassbinder, otro de mis mitos. El problema es que cuando por fin la encontramos no sabíamos qué hacer, ¡no te vas a tomar una foto! Así que le pusimos una vela".
Verano de 2007, toca gira
. "De gira no ves nada, sólo parkings, hoteles, salas de espera... espacios homogéneos. Pero haces turismo humano, de conocer gente. De España me quedo con Bilbao, donde está la gente que más admiro, y como ciudad cada día es más bonita".
La posibilidad de Sussex en la India
. "Hay un lugar en las montañas de la India donde los generales coloniales montaron una réplica de la localidad inglesa de Sussex. Tiene un cuartel general, un palacio, casitas para los criados y pequeños riachuelos artificiales para que se pareciese a la campiña inglesa. Los ingleses lo construyeron a su medida, pero el entorno y la vegetación es la de allí y está todo lleno de búfalos y de monos. Lo vi en un documental, me encantaría ir, pero me da terror viajar tan lejos. No soy del rollo turismo genuino, no me interesa nada ver cómo es de verdad un país cruzándolo en jeep. Lo que me gusta es el artificio, las ciudades pensadas por el hombre con todo su talento y todo su egoísmo".
EL PAISAJE EMOCIONAL DE UNA CALA MALLORQUINA
Susy GómezArtista"El lugar es Mallorca; la cala, San Vicente. Este verano y todos los veranos que vendrán seránen la cala; es donde me encuentroa mí misma, la cala me recuerda quién soy. La cala es un paisaje emocional.Allí pasé todos los veranos de mi infancia. Sin aviones ni trenes, en casa con las puertas y ventanas abiertasal mar. Me levantaba rápidamente con la ansiedad de un nuevo día de juegos por delante. Abría los ojos ya con el biquini puesto, subía las escaleras. Según el trajín de la cocina sabía qué hora era (¿reloj?, para qué). Si se oíael hervor apresurado de las ollasal baño María era antes de las diez, tiempo en el que se servían los desayunos de los clientes. El frescor del suelo hidráulico me refrescaba de semejantes vapores, que desdibujaban al fondo la mejor vista que cualquier cocina de hotel pudiera tener: montañas, pinos y mar. El olor a café, té al limón, pan tostado, huevos Benedictine. Cogía las virutas acaracoladas de la mantequilla flotando en baldes de agua helada.Me servía el desayuno en la terrazay observaba los atuendos glamourosos y estrafalarios de los bañistas.Abordajes, zambullidas y castillosde arena en francés, alemán, catalán o italiano. Mar, mar y más mar.En esas aguas multicolores buceaba con los ojos abiertos como un pez búho. La conciencia de mi propia respiración bajo la superficie, donde pasaba la mayor parte del tiempo.A veces subía a despedir a algunode mis amigos hasta el próximo verano, un abrazo que mojaba sus ropas guardadas durante semanas. Si eran extranjeros llevaban camisetas con costuras overlock, sandalias tricolores con pasadores de plástico brillante y collares naíf. Vivir el sola la sombra de los tamarindos. Amo ver los paisajes bajo un sol de justicia, me gusta el calor. La comida bajola enramada de los pescadores el día de mi cumpleaños. Yo llevaba helado y ellos compartían conmigo su arroz de langosta; servían la langosta sobre pan tostado, eso sí que era una bullabesa. En casa, las comidas mediterráneas,el tumbet, las ensaladas, las frutas maduras, las cerezas que mi abuelo me colocaba a modo de pendientes.La siesta era el momento de papel: acudía a la biblioteca del salón, donde los clientes depositan sus librosy revistas, y se llevaban otros. Estanterías llenas de historias en todos los idiomas, una ventana al mundo; revistas internacionales con portadas de Rauschenberg, de Warhol, jóvenes jugándosela en manifestaciones, la moda de París, el mundo en mi mundo. El grupo se reencontraba a las cinco bajo una de las rubias sombrillas.A principio de temporada consultaba los libros de reservas para averiguar qué día llegaba Olivier, Sandrine, Victoria, María Pilar, Fernando, Estefanía, Pascal, Thierry. Al atardecer era un desfile de París sobre las rocas de la cala; me gustaba el contrastede la elegancia de los vestidos conlo salvaje del paisaje. El aperitivose servía cuando el escarpado Cavall Bernat se teñía de fucsia para,a los diez minutos, tener un color muy orgánico, casi de pulmón. El mar solidificaba su superficie hasta ser metálico. De noche, mientras jugábamos en la playa, oíamos el ambiente de las terrazas sin música. Se respiraba una felicidad amenazada, por algo que entendí más tarde".
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