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Los médicos pretenden medir con la huelga de hoy el rechazo a la gestión de Sanidad

Los facultativos consideran que el sistema está saturado y funciona sólo por su "buena voluntad"

El Servicio Vasco de Salud-Osakidetza se enfrenta hoy a una prueba de fuego con la huelga convocada por el Sindicato Médico de Euskadi (SME). Unos 5.500 facultativos, entre los de Atención Primaria y Hospitalaria, están llamados a secundar este paro, que viene a crispar un poco más la ya de por sí convulsionada sanidad vasca y enciende la luz roja de alarma. El SME, mayoritario entre el colectivo médico, pretende que este paro sirva para medir el rechazo de los profesionales a los rectores de la sanidad pública, cuya capacidad de gestión cuestiona. "La sanidad vasca está saturada, basada sólo en la buena voluntad de los profesionales. Osakidetza se enfrentará al mayor conflicto de su historia después del verano si no se da un giro", advierte el SME.

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El Sindicato Médico quiere dejar patente con su convocatoria de un paro de 24 horas el malestar que reina en el colectivo. Varios ejemplos de ese estado de opinión se pueden apreciar en los Médicos Internos Residentes (MIR), que hace una semana pusieron fin a su huelga indefinida en demanda de mejores condiciones laborales; la Federación de Facultativos de Hospital, que ha anunciado otro paro para el próximo 22 de junio, y la Plataforma 10 Minutos, que reúne a los profesionales de Atención Primaria que demandan más tiempo para dedicar a los pacientes en la consulta y han rechazado públicamente sus condiciones de trabajo. Esta Plataforma se ha sumado al paro de hoy.

El Sindicato Médico ha marcado el énfasis en desligar la protesta de una cuestión puramente salarial y pretende que la sociedad la perciba como una llamada de atención sobre los males que aquejan al sistema y los retos de futuro a los que, según sus representantes, no se les presta atención: la demanda creciente, la necesidad de mayores inversiones y la escasez de plantilla, que soporta una sobrecarga de trabajo y está envejecida. Todos los problemas comparten un fondo común: si no se invierte suficiente dinero, al final hay problemas.

La reforma de la actual carrera profesional (un sistema de cuatro niveles al que se va accediendo si se supera una evaluación) y las condiciones de trabajo de los profesionales de Atención Primaria son dos de los principales caballos de batalla. El SME y la Plataforma 10 Minutos coinciden en criticar el exceso de ciudadanos asignados a cada médico, el escaso tiempo para atender cada consulta, el peso de una burocracia sobredimensionada y la escasez de plantilla. "La situación de la Atención Primaria está al borde del colapso, especialmente en Vitoria, por lo que hay que tomar medidas de cambio enérgicas. Aunque la huelga nunca es una solución, ante oídos sordos no queda otro remedio", señalan desde la Plataforma.

Entre sus principales reivindicaciones figuran disponer de al menos 10 minutos por consulta, lo que supondría un máximo de 1.500 pacientes por médico; contar con tiempo suficiente para formación e investigación, erradicar los "contratos basura" e incrementar el presupuesto destinado a la Atención Primaria.

La regulación de las guardias y su retribución como horas extras, la recuperación del poder adquisitivo perdido, el aumento de las plantillas hospitalarias y la extensión del complemento de exclusividad a todos los facultativos completan la batería de reclamaciones. "Osakidetza ha dejado pudrir la situación", destaca el secretario general del SME, Kepa Urigoitia.

Las adhesiones a la convocatoria se han ido sucediendo a lo largo de la semana. La última es la de los médicos del Hospital de Mendaro, en Guipúzcoa, quienes, tras reunirse en asamblea, mostraron ayer su apoyo al paro por el "continuo desprecio de Osakidetza durante estos últimos años" a sus peticiones. Las demandas fundamentales de esta asamblea coinciden con las del SME: aumento del sueldo base, adecuación de la hora de guardia y renegociación de la carrera profesional.

Con su protesta de hoy, los facultativos toman el relevo a ELA y el SATSE (principal organización de enfermería), que durante el año pasado organizaron varias movilizaciones del mismo estilo y mantienen vivo su enfrentamiento con los responsables de Sanidad. El SME retoma el movimiento de protesta que ya mantuvo junto a ambas centrales en la primavera de 2005. En aquella ocasión, concedió un margen de confianza al nuevo equipo de dirección que entró en Osakidetza y se desligó de sus compañeros de viaje, que prosiguieron en sus movilizaciones hasta hoy. Sin embargo, los contactos mantenidos entre el SME y el Servicio Vasco de Salud resultaron estériles y han desembocado en la convocatoria de hoy.

Servicios mínimos

El paro llega precedido de las concentraciones que ELA ha mantenido a lo largo de toda la semana en centros de salud y hospitales y de la huelga de celo que el SATSE organizó hace unos meses en protesta por el modelo de carrera profesional aprobada por Sanidad.

En un intento de rebajar la presión, Osakidetza convocó el pasado miércoles una reunión de la mesa sectorial y presentó a los sindicatos varias propuestas, entre ellas, la extensión de la carrera profesional a todos los colectivos de trabajadores y no sólo a médicos y enfermeras como ocurre ahora. Las centrales han planteado varias condiciones, como incluir a los interinos y eventuales en ese desarrollo profesional.

Los servicios mínimos fijados por el departamento para la huelga de hoy consisten en la atención permanente de todas las urgencias, tanto las hospitalarias como las de los centros de salud, y el mantenimiento de los servicios de consulta, operaciones, tratamientos y pruebas complementarias que resulten "indemorables", como la diálisis.

REIVINDICACIONES DE LOS MÉDICOS

Reforma de la carrera profesional, introduciendo nuevos criterios al evaluar los méritos. Acreditación de los primeros niveles según los años trabajados y sin necesidad de una evaluación.

Reforma de la Atención Primaria que atienda de forma especial a seis problemas: demasiada población asignada por médico; escaso tiempo para cada consulta; plantilla escasa; ausencia de sustituciones; indefinición de objetivos; un programa informático (Osabide) incompatible con el trabajo en las consultas.

Regular y retribuir las guardias, dotándoles del carácter de horas extras.

Compensar la pérdida salarial, cifrada en un 15% desde 1992.

Abordar el problema de unas plantillas hospitalarias cortas y envejecidas.

Extender la exclusividad a todos los médicos, tanto a los que trabajan sólo para Osakidetza como a los que tienen una consulta privada.

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