Mujer e inmigrante, rostro de la exclusión social
La pobreza tiene rostro de mujer inmigrante sin papeles. Así lo reflejan los datos de las 243 memorias presentadas por los equipos de las parroquias. De todas ellas, 215 destacan que su trabajo se centra mayoritariamente en mujeres. Esta información muestra también el gran peso que tiene la población extranjera que acude por problemas de exclusión social a solicitar ayuda.
El 71% de los usuarios de las Cáritas parroquiales no son españoles. La cifra es similar al 73% de 2004 y algo inferior del 81% de 2005. Sin embargo, en este año se desarrolló el último proceso de regularización, lo que explica el aumento de usuarios extranjeros.
Uno de los programas más conocidos en la atención a los extranjeros que se puso en marcha Cáritas en 2006 fue la Casa Belén, el centro de acogida que se abrió durante el invierno y la primavera pasada para alojar a inmigrantes que duermen en el antiguo lecho del Turia, bajo el puente de Ademuz en Valencia. Este año, como recordó Vicent Andrés, coordinador de acción social, se volvió a repetir la experiencia pero como albergue. Y, aunque la decisión de repetir "se suele decidir en el último momento", Andrés indicó que "todo parece apuntar a que la situación no cambiará".
Los responsables de Cáritas incidieron en los problemas que tienen los inmigrantes para buscar alojamiento, especialmente aquellos que no tienen documentación. Denunciaron los abusos a los que son sometidos, como las falsas empresas de inmobiliaria que les venden listados con domicilios inexistentes, y las reticencias de la población en alquilar sus viviendas a estas personas. Ante estas dificultades, la directora de Cáritas, Concha Guillén apeló directamente a "promover la acogida" a los inmigrantes. "Algo habrá que hacer entre todos, hay mucha vivienda vacía", comentó.
Dentro de las acciones destinadas a atender a la población inmigrante, la entidad católica mantiene el programa Jere-jere, que atiende a mujeres, fundamentalmente llegadas de Nigeria, que se dedican a la prostitución. Cáritas tampoco olvida a la población reclusa. Una de las actividades que desarrollan consiste en diseñar actividades para presos extranjeros que carecen de raíces y apoyos sociales en España. Además, existen diez equipos de orientación jurídica para inmigrantes dedicados a atender sus necesidades administrativas, fundamentalmente relacionadas con la obtención de documentación.
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