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Reportaje:Cataluña tras el 27-M

Esquerra rompe el tripartito de Barcelona

Esquerra Republicana dio ayer por cerradas las negociaciones con los socialistas y tomó la decisión de pasar a la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona. El anuncio lo realizó Jordi Portabella al término de la comisión permanente de su partido. Al cabo de unas horas, el PSC dio también por roto el proceso negociador que se abrió la semana pasada, pese a que Portabella les comunicara que no estaba por la labor de repetir el tripartito. Así las cosas, el alcalde en funciones, Jordi Hereu, y los ecosocialistas, presididos por Imma Mayol, formarán un gobierno en minoría que diseñarán en dos semanas. Supone el fin de un modelo de gobierno municipal que empezó en el mandato de 1995-1999, aunque con el paréntesis de cambio de marca forzado por Pilar Rahola, que lo empezó como concejal de Esquerra Republicana y lo acabó bajo las siglas del Partit per la Independència (PI).

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Lo que no está claro es lo que ocurrirá en la constitución del nuevo plenario el próximo día 16, cuando se tiene votar al nuevo alcalde. Portabella dejó ayer abierta la posibilidad de abstenerse en la votación o respaldar a Hereu. "Respetaremos la lista más votada [la del PSC], no haremos tonterías", garantizó.

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Las ganas de no aparecer enfrentados por parte de los dos partidos se vio ayer en varias ocasiones. En un acto en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), Hereu y Portabella se dieron la mano con grandes sonrisas. Ocurrió en la entrega de la medalla de Turismo al ex alcalde Joan Clos, acto al que Portabella acudió como presidente del consorcio de Turismo de Barcelona. Sólo un detalle hacía presagiar el final de la historia: al entrar, Portabella coincidió con sus futuros compañeros de oposición: Xavier Trias (CiU) y Alberto Fernández Díaz (PP).

Las muestras de distensión sólo existieron de cara a la galería. Por ejemplo, en el encuentro que mantuvieron por la tarde el segundo de Portabella, Ricard Martínez, y su homólogo del PSC, Carles Martí. Al término de la reunión comparecieron juntos para dar el mensaje de que las conversaciones podrían continuar en los próximos días si los ejes programáticos del PSC e ICV se impregnaban más de "catalanidad y capitalidad", dos de las demandas del giro que pide Esquerra en su modelo de Barcelona.

En realidad, los dos sabían que el resultado real de esa reunión se produciría apenas media hora después, pero no en el Ayuntamiento de Barcelona, sino en la sede de Esquerra Republicana. Allí, Portabella compareció junto al secretario general del partido, Joan Puigcercós. El líder republicano dijo que existían "dificultades" insalvables en sus negociaciones con los socialistas y dio por terminadas las negociaciones. Las razones fueron muy inconcretas: "El PSC no ha sabido incluir el catalanismo de izquierdas en su modelo de ciudad".

Ni Portabella ni Puigcercós disimularon que en la salida de ERC del tripartito municipal tiene mucho que ver la crisis que vive Esquerra. A la ya habitual agitación de sus bases por los acuerdos que ERC mantiene con el PSC se le han sumado dos plataformas críticas que piden un avance del congreso del partido. Su objetivo, tampoco disimulado, es cambiar la orientación y la dirección del partido que hoy preside Josep Lluís Carod.

Apenas una hora después, los socialistas dieron también por finiquitadas las conversaciones con ERC en otro acto del Ayuntamiento en el que volvieron a coincidir Portabella, Hereu y Martí. Fue entonces cuando Portabella les comunicó formalmente su no.

El alcalde en funciones, Jordi Hereu, saludando a Jordi Portabella, ayer, en un acto en el MNAC.
El alcalde en funciones, Jordi Hereu, saludando a Jordi Portabella, ayer, en un acto en el MNAC.CARLES RIBAS

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