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El largo secuestro de un periodista de la BBC introduce el estilo de Al Qaeda en Gaza

Un grupo integrista difunde un vídeo del reportero de la cadena tras 82 días de cautiverio

Los secuestradores de Alan Johnston, corresponsal de la BBC en Gaza durante tres años, ofrecieron ayer en una página web islamista la prueba de que el periodista británico sobrevivió en buenas condiciones a su captura, el 12 de marzo. Se ignora cuándo fue grabado el vídeo en el que Johnston asegura encontrarse bien de salud y no haber sido maltratado. Por lo demás, reina la incertidumbre sobre las verdaderas intenciones de los captores, miembros del denominado Ejército del Islam, muy erráticos en sus exigencias y con claras simpatías por Al Qaeda.

La reivindicación de los secuestradores de excarcelar a Abu Qatada, un clérigo detenido en Reino Unido por presuntos vínculos con Al Qaeda, no cuadra bien con demandas anteriores. Nada puede descartarse, pero la confusión es notoria porque las primeras exigencias incluían millones de dólares y no aludían a reclusos islamistas. Resulta imposible determinar si en los territorios palestinos se han establecido ya organizaciones islamistas bajo la bandera de Al Qaeda. Sería, sin duda, un hecho pernicioso tanto para Al Fatah como para Hamás.

El Ejército del Islam, la organización que asegura mantener en cautiverio a Johnston, colgó en la web islamista el vídeo del corresponsal, que comenta que goza de buena salud y que no se le ha hecho daño alguno. Las palabras del periodista sonaban verosímiles. Pero cuando, a continuación, habla sobre los acontecimientos en Oriente Próximo y las políticas de Washington y Londres en la región, resulta evidente que dice lo que le han ordenado. La grabación se corta y se escuchan las demandas del grupo: la puesta en libertad del líder religioso suní Abu Qatada y de varios presos más. El Ejecutivo británico se niega a ceder al chantaje.

Los secuestros de extranjeros -periodistas y cooperantes de ONG- han sido frecuentes en los últimos dos años. Pero la inmensa mayoría se resolvían en cuestión de horas o de pocos días. El caso de Johnston -82 días ya en manos de sus captores- es la primera excepción. La delincuencia, inexistente hace pocos años, se ha disparado, el incendio de cibercafés se ha multiplicado, y los cuerpos policiales leales a Hamás y Al Fatah se enfrentan con frecuencia y añaden anarquía a una situación de por sí calamitosa. La impunidad es la norma, no se conocen condenas a los secuestradores. Hoy día, los extranjeros apenas circulan por Gaza.

También en la franja prosiguen los ataques del Ejército israelí. Los soldados mataron en el norte, muy cerca de la frontera, a dos niños, de 11 y 13 años. Los portavoces militares hebreos dijeron que los menores trataban de colocar explosivos junto al muro que separa Gaza de Israel. Fuentes médicas palestinas comentaron que los menores sólo buscaban chatarra.

Imagen del periodista de la BBC Alan Johnston difundida ayer en una página de Internet.
Imagen del periodista de la BBC Alan Johnston difundida ayer en una página de Internet.EFE
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Una familia bajo sospecha

Gaza es un territorio de sólo 367 kilómetros cuadrados con una de las densidades de población más elevadas del mundo. Es un lugar en el que la gente se conoce. Y en Gaza todo el mundo habla de que son miembros de la familia Dogmus quienes han hecho rehén a Alan Johnston. Fuentes diplomáticas europeas también comentaban en privado recientemente que todo apunta a ese clan.

Cuentan con cientos de hombres armados. Años atrás se dedicaban a transportar el cemento que llegaba a la terminal fronteriza de Erez desde el puerto israelí de Ash-dod. Personas de casi nula formación, rateros, a juicio de muchos. Uno de sus cabecillas, Mumtaz Dogmus, se dio a conocer como dirigente de los Comités de Resistencia Popular, una organización armada que participó en la captura, en junio de 2006, del soldado judío Gilad Shalit. Antes, se aproximó a Hamás, que acababa de vencer en las elecciones, pero no logró hacerse con el poder militar que deseaba. Coquetea también con Al Fatah. Juega a todas las barajas.

Ahora, al parecer, enarbola la bandera del Ejército del Islam, un grupúsculo cercano a Al Qaeda. El rescate demandado en un primer momento fue de millones de dólares además de la liberación de Abu Qatada, un clérigo detenido en Reino Unido por sus supuestas vinculaciones a Al Qaeda.

El secuestro del periodista ha provocado manifestaciones y recogidas de firmas en Gaza. El Gobierno parece saber dónde se halla Johnston, pero hay temor a tratar de liberarlo por la fuerza.

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