Vilches: "El público de hoy está distinto a otras tardes"
Debía ser que su nombre ni siquiera lo conoce la afición ¿Quién es éste? Se preguntaban. Era Ignacio Sánchez Vara, un honrado torero que, al menos por la derecha, estuvo casi a la altura del excelente toro de Palha que abrió plaza. Si llega a hacer otro con más nombre lo que hizo el alcarreño, hasta corta la oreja. En el tono de su palabras, más que en su contenido, se trasluce una honra torera que debe de ser muy necesaria para pasar estos trances: "El toro ha sido de ovación. El aire no me ha dejado llevarlo a los medios, que es donde hubiera lucido más. Yo creo que he estado bien con él, por lo que no entiendo algunos pitos que he escuchado. Creo que no me lo merezco". Pareció empero conformarse con lo hecho en su primero y con el relativo lucimiento que tuvo en banderillas en los dos. El segundo se prestó a servirle en este tercio, y no se sabe si acabó dejando sus fuerzas en él, o Sánchez Vara le ahogaba la embestida, el caso es que se acabó pronto: "El toro ha sido manso para el caballo y luego en la muleta ha sido más manso todavía. Y no creo que nadie pueda decir que le hemos picado demasiado, porque lo hemos cuidado mucho en el caballo. Era noble, pero con poca fijeza. Luego, la gente quiere que los toreemos en los medios y allí con el aire sí que no se puede hacer nada. Yo creo que lo he hecho todo lo mejor posible y estoy muy contento con mi actuación".
Juicio benigno
Espeluznaba ver a Javier Castaño cruzarse con el marrajo que le tocó en suerte en primer lugar, mientras tomaba vuelo la muleta que se pasaba por detrás, por causa del aire. "Que por mí no ha quedado, ¿eh?", parecía decir. Lo supo apreciar todo el mundo, pero tampoco se rompió la camisa nadie de puro arrebato, como hacen los gitanos. Su juicio tras matarlo es benigno para con el burel de Palha: "El viento ha molestado mucho y además el toro no acababa de rematar los muletazos. No ha tenido recorrido en la muleta, aunque sí en el capote. La tarde cada vez es más ventosa y el aire nos va a molestar mucho". En el segundo, Castaño se pega un arrimón de no te menees, después de llevarse un buen topetazo, pero hubo quien hubiera preferido verle torear: "El toro embestía al paso y eso daba problemas. Creo que he estado con él firme y decidido y lo he dado todo. La pena es que el arrimón que me he dado no ha tenido recompensa ni ha servido.
Estuvo atropellado Luis Vilches en su primero, que tampoco es que fuera una malva. A pesar de ello, se lo llevó a los medios e intentó darle fiesta sin lograrlo del todo: "El toro no ha humillado cuando le he bajado la mano y ha cantado un poquito. Unas veces embestía bien y otras iba con todo". Al último de la tarde le da los casi únicos naturales que se han dado en toda la tarde, de buena factura: "Creo que he pegado buenos muletazos por la izquierda sin engancharlos. Lo que se nota es que el público está hoy distinto a otras tardes". Y era verdad. Le faltaba al respetable ubicar a los toreros.
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