China, el buen samaritano
Jeffrey D. Sachs acierta en sus críticas sobre el daño infligido a África por el Banco Mundial, pero ofrece una versión sesgada sobre la "ayuda al desarrollo" de China (EL PAÍS, 27/05/07). Esta ayuda se mueve por claros intereses geoestratégicos que buscan asegurarse el abastecimiento de materias primas y fuentes energéticas, razón por la cual potencian preferentemente las infraestructuras necesarias para este fin.
Como contraprestación a las donaciones, han obtenido ventajas comerciales para la introducción de sus productos baratos, que rápidamente han trastocado el comercio local. A cambio, China no exige escrupulosas rendiciones de cuentas, no impone asesores externos, ni pone el grito en el cielo por las violaciones de los derechos humanos, ganando así un dócil apoyo político. Después del fracaso de la ayuda impuesta por Occidente, el buen samaritano viene de Oriente. África se merece otra cosa.
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