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Reportaje:

"¡Volveremos!"

La cadena estatal que sustituyó a Radio Caracas Televisión tras su cierre comienza la programación con un concierto folclórico

Un funeral. Ninguna otra imagen se acerca más al ambiente que se vivió la madrugada del lunes en la sede de Radio Caracas Televisión (RCTV) después de que Jaime Nestares, uno de los propietarios del canal, declarara oficialmente apagados los equipos. En el set desde el que se transmitieron los últimos minutos, cientos de personas se entrelazaban en dolorosos abrazos con ojos colmados de lágrimas. "Estamos viviendo un duelo, todos hemos llorado mucho durante este día", dijo Camila Canabal, presentadora de concursos. Y un camarógrafo gritó con un rictus de rabia: "¡Volveremos!".

No sólo en los estudios de RCTV había gente llorando. Durante la noche, miles de caraqueños salieron a manifestarse contra la no renovación de la concesión. Y muchos también estaban conmovidos hasta las lágrimas. Otros lloraron en contra de su voluntad, por los gases lacrimógenos de las fuerzas antidisturbios en los focos de conflicto violento en Caracas. Sin embargo, los incidentes más graves se produjeron anoche, en la Universidad de Carabobo, en Valencia, donde cuatro estudiantes resultaron heridos de bala, al parecer por choques entre partidarios y detractores de Hugo Chávez.

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Los estudiantes venezolanos se unen contra el cierre de RCTV

La RCTV cesó sus emisiones a medianoche del domingo, cuando venció la concesión que le permitía operar en señal abierta. Una versión del himno nacional en la que los empleados iban desapareciendo de sus espacios de trabajo fue la última imagen transmitida por RCTV, tras 53 años en el aire.

Como en los funerales, hubo quien hizo notables esfuerzos para no contagiarse del llanto que copaba la escena. "No lograron que bajáramos la cabeza y tuvieron que cerrarnos", resumió David Pérez Hansen, reportero del noticiario El Observador. El orgullo era la actitud predominante. Poco antes de las doce, presentaron tomas del Centro Nacional de Noticias, la sala de redacción, y todos los presentes se levantaron para gritar: "¡Seguimos de pie, seguimos de pie!".

Al orgullo se sumó la indignación por la actitud de otro canal privado, Venevisión, que el domingo ignoró el tema, con apenas alguna mención a los disturbios en Caracas, aunque ayer se supo que varios de sus periodistas renunciaron a sus cargos. La concesión de Venevisión, propiedad del millonario Gustavo Cisneros, también vencía el domingo, pero fue renovada. Entre los presentes en aquel velatorio comenzó a cobrar fuerza la esperanza de la resurrección, acicateados por las palabras del director general, Marcel Granier, que había dicho en una rueda de prensa: "Lamentablemente hemos perdido, pero saldremos ganando porque esto le ha costado al Gobierno un precio muy alto al quedar ante el mundo como lo que es: autoritario y dictatorial". "Yo sé que a Chávez le pasará igual que a Fujimori, que cayó después de cerrar varios medios. Volveremos cuando haya libertad de nuevo", aventuró la periodista Berenice Gómez.

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La programación de despedida de RCTV estuvo marcada por la nostalgia. Presentaron resúmenes de sus cinco décadas de emisión. Pasada la medianoche, RCTV se apagó. La pantalla quedó en negro y apareció el logotipo del nuevo canal, Televisora Venezolana Social (TVes). Durante 20 minutos, el logo fue lo único. Luego aparecieron las primeras imágenes: el himno nacional, interpretado por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, seguido de un acto en directo en el teatro Teresa Carreño. Desde allí se dio una muestra de lo que será la programación "de servicio público". Música folclórica y afrocaribeña, deporte, dramas, comedias y cine.

El Gobierno de Chávez pareció iniciar ayer sus movimientos contra otra cadena crítica, Globovisión, al presentar una denuncia ante la fiscalía para que investigue la emisión de unas imágenes que supuestamente incitan a asesinar al presidente venezolano.

Tres trabajadores de RCTV se abrazan en la sede de la televisión minutos después del cierre.
Tres trabajadores de RCTV se abrazan en la sede de la televisión minutos después del cierre.EFE

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