Gasto público en fármacos
No me sorprende nada la noticia referida al gasto público en fármacos aparecida en su edición del 23 de mayo de 2007, que pone en evidencia la inutilidad de la política de reducción de precios y márgenes aplicada por casi todos los ministros de Sanidad de los últimos 20 años.
Si llevamos ya un montón de reducciones de precios de los productos farmacéuticos sin que se haya siquiera aminorado la aceleración en la escalada del gasto, me gustaría que alguien del Ministerio explicara por qué continúan con una política de probada ineficacia, que encima compromete seriamente el crecimiento e incluso la continuidad de nuestra industria farmacéutica y castiga un sector, el de las farmacias, que es prácticamente el único de los sectores con un cierto privilegio que lo compensa con precios bajos (incluso descontando las reducciones de precio ministeriales) y muy buen servicio.
Debido a lo tozudas que son las estadísticas que reflejan la realidad de una medida que nunca ha funcionado, estoy segura de que en el Ministerio saben que la razón del problema está en la administración de la propia Seguridad Social, pero acometer la verdadera solución crearía tensión en la Administración, exigiría de políticos y altos funcionarios esfuerzo y honestidad, y los resultados sólo se notarían a medio plazo.
Por esta razón, ministro tras ministro prefieren hacer pagar a justos por pecadores, porque dan la sensación de que hacen algo serio para solucionar el problema, a pesar de que saben de antemano que la medida, además de no ser eficaz y no solucionar nada, causará graves perjuicios a quienes no sólo no tienen ninguna responsabilidad ni influencia en el problema, sino que llevan muchas décadas cumpliendo su función dentro de la Sanidad del país.
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