Los ruidos enmudecen a sus víctimas
La contaminación acústica es el mayor problema ambiental de los municipios
Ha ganado el pleito pero ha perdido entereza. Dolores Jaén Castillo ha logrado que también el Supremo le dé la razón. El alto tribunal ha ratificado la condena a dos años y tres meses de cárcel para los responsables de un pub de Jaén que le ha quitado el sueño durante años. La batalla le ha legado un "trastorno depresivo reactivo" crónico y un férreo hermetismo. Prefiere no hablar. No hay muchas víctimas de la contaminación acústica que deseen dar la cara.
Algunas son víctimas del ruido primero y de las amenazas después, según el abogado Joaquín Herrera, presidente de la asociación Juristas contra el Ruido. Hay una razón simple que sintetiza fácilmente el otorrino Serafín Sánchez: "La gente que hace ruido vive de hacer ruido".
"Hay delito de lesiones: es como si entraran en tu casa y te pegaran dos patadas en la boca"
La contaminación acústica es el principal problema ambiental en las ciudades andaluzas, según el 38,6% de los encuestados en el último Ecobarómetro de la Consejería de Medio Ambiente. Le siguen en preocupación la suciedad de las calles (30,6%), la falta parques y jardines (28, 8%), la gestión de los residuos sólidos urbanos (28,4%) y la calidad del agua del grifo (21,4%).
Es erróneo considerarla una mera cuestión ambiental. El ruido es también una cuestión de salud. Entre el 20% y el 30% de los pacientes que acuden al servicio de Otorrinolaringología del hospital Virgen Macarena, en Sevilla, sufren dolencias provocadas por una contaminación acústica ambiental. Los efectos de una exposición continuada afectan al oído y al cuerpo por el impacto de las ondas sonoras. "Si es muy intenso, en el oído se produce la muerte de células nerviosas que ya no se regeneran y que producen una pérdida de la función", explica el jefe de este servicio, Serafín Sánchez. "Sobre el cuerpo se produce estrés, aumenta la tensión arterial y se puede causar insomnio". El especialista añade: "La falta de un sueño reparador eleva la agresividad". Según duración e intensidad, los expuestos al foco de ruido pueden sufrir sordera en diverso grado.
Herrera, que lleva 15 años abordando casos por contaminación acústica en su despacho, ve más de un delito en ellos. "Está el delito contra el medio ambiente; el de lesiones porque es como si entraran en tu casa y te pegaran dos patadas en la boca y el de coacciones". Las administraciones, por su parte, pueden incurrir en prevaricación o denegación de auxilio al afectado.
Aeropuertos, autovías, discotecas, pubs, taladradoras callejeras, camiones de basura, botellones, concentraciones de motos, bares, aparatos de aire acondicionado, fábricas.. las fuentes de ruido son múltiples. "No se toma con la suficiente seriedad, falta conciencia en el que produce el ruido", expone Antonio Cano, autor del libro Régimen jurídico sobre la contaminación acústica publicado por la editorial Aranzadi en 2004. Cano, abogado de Jaén, pone el acento en el "incumplimiento de los poderes públicos para hacer cumplir la norma". "Por falta de personal y por desinterés, los ayuntamientos se ven incapaces", sostiene.
Lo cierto es que los vecinos sufren largos calvarios burocráticos cuando comienzan una batalla contra el origen de su trastorno. Normalmente en soledad. Pocos ayuntamientos resuelven con diligencia los expedientes que se tramitan por contaminación acústica.
Hasta ahora, perturbar la vida de los demás salía a cuenta a pesar de que el Código Penal lo considera un delito. La lucha contra el ruido debe ser uno de los pocos ejemplos en los que la ley va por delante de la sociedad. Son, de hecho, los jueces los que se están situando a la vanguardia con sentencias ejemplarizantes. Por primera vez hay empresarios pendientes de ingresar en prisión por los trastornos causados a sus convencinos. Y alcaldes imputados por no resolver el conflicto. El regidor socialista de Mairena del Alcor, Antonio Casimiro Gavira, declaró hace una semana ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Carmona como imputado por un delito de prevaricación, a raíz de un proceso iniciado por dos familias afectadas por los ruidos causados por una peña.
Y este año, el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María (Cádiz) ha tenido que indemnizar a una familia con 24.000 euros por los daños psíquicos y morales que han sufrido desde 2000 por los ruidos procedentes del establecimiento El Rey de Copas. "La Administración local, con su pasividad y con una actuación no ajustada a derecho, se convirtió en responsable de la vulneración de la ley", razonó la juez del contencioso-administrativo en su sentencia.
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