El partido más duro de Pichurri
Manuel Valeriano Alonso intenta reeditar con el partido socialista la mayoría absoluta en Camariñas
El DNI acredita que se llama Manuel Valeriano Alonso de León, aunque casi nadie en Camariñas lo conoce por este nombre de telenovela. Por la calle siempre le dicen Pichurri. El alias tiene miga. "Un día pasaron en el Cine Porteño, de Ponte do Porto, una película de fútbol. El artista era Pichurri, un jugador pequeño y gordito. Los chavales comenzaron a decir que me parecía a él y me quedó el mote aunque al principio no me gustaba".
Domingo, una y media de la tarde. Pichurri se desgañita en la banda del campo de fútbol de Vista Alegre en Laracha (A Coruña). Entrenador y jugador del Camariñas, arenga y abronca a sus compañeros desde la banda. Tras el partido, se va a la ducha después de hacer un mimo a Rosalía, su hija de tan sólo seis meses. Tiene 57 años pero se resiste a colgar las botas.
A Manuel Alonso le llaman Pichurri por una película que proyectaron hace años en el pueblo
Pero su gran partido está por disputar. El próximo día 27 se presenta por primera vez a la alcaldía con la camiseta del PSdeG con la intención de reeditar la mayoría absoluta que su partido lleva ganando desde 1982. Pichurri ya había sido concejal desde 1991 hasta 1995, pero encabezar el cartel son palabras mayores. El actual alcalde, Juan Bautista Santos, anunció hace tiempo que abandonaba la política y los compañeros de partido lo consideraron el mejor recambio. El objetivo es, como mínimo, empatar los anteriores resultados: el PSdeG tiene siete concejales; el PP, cinco y el Centro Democrático Independiente (CDI), uno, aunque esta fuerza política no participa en estos comicios.
Pichurri es un tipo muy conocido en este bravo municipio de la Costa da Morte. En los momentos estelares de cada familia ha estado presente por su oficio de fotógrafo. Su enfrentamiento con el anterior cura párroco, Antonio Velo, fue celebérrimo. El Ayuntamiento impidió que el sacerdote ampliase el cementerio e hizo un camposanto municipal. Velo la pagó con Pichurri. "Yo no tuve nada que ver en la decisión, pero militaba en el partido. Fue un palo porque dejé de hacer fotos en seis de las siete iglesias del municipio. Si alguien me contrataba, no lo casaba o no hacía la primera comunión".
Pichurri es consciente de que juega con viento a favor, pero, como en el campo de Vista Alegre, no quiere descuidos. "Somos favoritos, pero son los votantes los que deciden". También ha trabajado el voto de la emigración.
Los jugadores del equipo veterano del Camariñas comienzan a desfilar en sus coches para emprender el viaje de regreso. Pichurri es de los últimos en salir del vestuario. En el corto camino hasta el automóvil continúa dándole vueltas al partido. Pero un jugador cambia de tercio: "¿Con qué nombre vas a aparecer en los carteles electorales?". Pichurri ya lo ha meditado: "Con el de Manuel Alonso". Es de sentido común: El negocio de Pichurri se llama Foto Alonso.
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