"Hay que acabar con el ladrillazo del PNV y el urbanismo feroz"
Policías metidos a candidatos a alcalde, haberlos, haylos, aunque no parece que sean una especie en alza. Tal vez se deba a que, si el aspirante encabeza, además, la lista de un partido constitucionalista, la obligación de llevar una sombra detrás puede resultar una imagen un tanto chusca. Demasiadas pistolas por metro cuadrado. "Me costará, me costará mucho", dice el ertzaina Teo Santos (Balmaseda, 1960), que prefiere dejar para más adelante ese detalle que ha cambiado la vida a tanta gente en Euskadi.
No es un neófito en esto de la política. Desde la barrera, ya dio su apoyo en un manifiesto al entonces candidato a lehendakari por IU-Ezker Batua, Javier Madrazo, y acabó sentado en el banquillo de los acusados por un delito electoral del que salió absuelto. "Apoyé a IU, ahora se ha quedado en Ezker Batua, el lado más abertzale. Yo no siento el tema patriótico, y ya se lo dije a Javier [Madrazo]. Soy federalista, siempre lo he sido. He vuelto a la izquierda", explica. Y, tras colgar la pistola, vuelve a la carga, de la mano del PSE, como independiente y candidato a alcalde en Balmaseda, un pueblo donde los socialistas llegaron a tener en la Transición cinco concejales. Ahora sólo les queda uno.
"Batasuna ha echado un pulso y lo ha perdido. Lo que no puede ser es que nos persigan, tengamos que llevar escolta y, encima, vayan de víctimas"
Santos resume el último mandato municipal del PNV, partido que reina con tranquilidad en este municipio de 7.100 habitantes de Las Encartaciones: "Ladrillo y ladrillo. Se han cargado Horcasitas, un palacio catalogado, para poner un mamotreto de hormigón de viviendas de lujo". En 1986 participó en la apertura de la comisaría del pueblo. Ahora quiere ser su alcalde.
¿No es raro, casi freaky, un ertzaina metido a candidato a alcalde? "No es extraño. Muchos personajes históricos han pasado de la Policía a optar por la política en el ámbito local. Como policía existe una conciencia de relación con la comunidad. Y en mi caso, también una profunda vinculación con el mundo cristiano, desde el que los católicos queremos reivindicar la vida pública".
La kale borroka inició el acercamiento entre Santos y el PSE. "Les habían atacado la sede en varias ocasiones, yo les hice la denuncia, la inspección como ertzaina, y de ahí surge un contacto personal y una solidaridad", recuerda. Y de una charla se pasa a una mesa con mantel, "en una cena, como se hacen las cosas en el País Vasco, me ofrecen una vía profesional porque tengo que dejar la Ertzaintza, y mis hijas tiene que comer. Y luego sigo con lo de programa, programa, programa", la vieja máxima del comunista Julio Anguita. Hasta 14 páginas de compromiso de programa envió al PSE, que aceptó los puntos esenciales: "Una manera diferente de entender el ayuntamiento: abrirlo a través de los consejos y, luego, evitar el ladrillazo y acabar con el urbanismo feroz del PNV, el palacio Horcasitas, el convento de las Clarisas, destrozado. No puede ser. Los pelotazos urbanísticos son tela marinera, literal", dice.
Está de nuevo a pie de obra, tal vez porque sea hijo de albañil. O mejor sería decir, con los pies en la tierra. Por eso no sueña con la makila de alcalde. "El PNV es el PNV. Tiene una maquinaria que...". Pero es claro con su objetivo: volver repetir un edil de los 13 en liza es impensable. "Si no sacamos dos, sería un fracaso". Y el tercero sería un magnífico resultado. En todo caso, ya vaticina a los peneuvistas un "marcaje tipo Sevilla, o el del otro día del Getafe al Barcelona, porque el líder, a veces, también pincha". Ha aceptado intentarlo durante dos legislaturas, porque de una tacada "esto no es posible".
- ¿No habrá quien le vea como lo que es: el policía, la porra, en fin?
- "No creo que mi profesión reste nada. Por un lado da ese sentido de orden y de seriedad en el trabajo. Y ese voto español que también reivindicamos puede verse representado en quien ha sido crítico con la dirección política de la Policía por su inactividad ante la violencia".
- ¿Y Batasuna?
- "Creo que vamos a tener una legislatura para cierta recomposición y distensión dentro de la vida municipal. Me cuesta creer que haya gente que interprete mi candidatura como un obstáculo insalvable. Con gente muy antagónica se han entendido. Que en el mundo de Batasuna puedan percibir que hay posibilidades de salir adelante, pues... De hecho, en el programa llevamos el foro cívico para intentar que esto se reconduzca de alguna manera".
Será difícil, porque en Balmaseda las dos candidaturas de la izquierda abertzale, la explícita y la de la segunda marca, fueron anuladas. "La responsabilidad es suya: entre la lista de Sozialista Abertzaleak y la de ANV podían haber hecho una blanca. Si echan un pulso y lo pierden, es su responsabilidad. Una pena, porque creo que hay cosas que en la vida municipal, desde una perspectiva de izquierdas, podríamos llegar a acuerdos. Lo que no puede ser es que nos persigan, tengamos que llevar escoltas y, encima, vayan de víctimas".
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