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Daimler vende el 80,1% de Chrysler a un inversor de EE UU

Cerberus compra la marca de Detroit por 5.500 millones de euros

El sueño de convertirse en una de las grandes compañías mundiales, que degeneró en pesadilla, concluyó ayer en Stuttgart en la sede de Daimler Benz, el fabricante de los coches Mercedes. Daimler cerró la venta del 80,1% del consorcio estadounidense Chrysler por 5.500 millones de euros al inversor financiero Cerberus. El 19,9% restante quedará todavía en manos de la multinacional alemana.

Como consecuencia del divorcio, tras nueve años de matrimonio, la multinacional alemana suprimirá el nombre de Chrysler y recupera el de toda la vida Daimler S.A. La compra de Chrysler en 1998 supuso para Daimler un desembolso de 36.000 millones de euros (27.000 millones al cambio actual). La noticia tuvo un eco favorable en la bolsa de Francfort. Las acciones de Daimler llegaron a subir hasta un 7%, pero al cierre el alza se quedó en un 1,8%.

La compra de Chrysler supuso para Daimler una estación más del vía crucis de negocios ruinosos que jalonan la marcha de la tradicional marca alemana desde hace ya dos décadas. La revista económica alemana Manager-Magazin recopilaba la lista de desaguisados cometidos desde que en 1985 Daimler inició una orgía compradora con pérdidas de miles de millones de euros en varios casos. Les engañó el fabricante de aviones Dornier; perdieron 1.000 millones de euros con AEG; con Fokker 1.100 millones; con el coche Smart 8.000 millones; varios miles de millones al concluir la alianza con Mitsubishi; 750 millones de euros con el sistema electrónico de peaje en las autopistas alemanas, además del desprestigio por ponerlo en funcionamiento con un gran retraso.

Ahora, la venta de Chrysler se cierra con una elevada pérdida, que se añade a las acumuladas todos estos años por la empresa norteamericana. El año 2000, por ejemplo, los 5.300 millones de euros que perdió Chrysler provocaron en el balance de Daimler unos números rojos de 662 millones, frente a los 7.890 millones de beneficios del año anterior.

Dimisión y despidos

Los desastres acumulados provocaron el 28 de julio de 2005 la dimisión del ejecutivo que soñó con la "sociedad anónima mundial", Jürgen Schrempp. Le sustituyó en enero de 2006 Dieter Zetsche, que acaba de cumplir 54 años, y había dirigido Chrysler con mano de hierro. Despidió a 30.000 empleados y obreros, y con ese precedente y con el de haber saneado en parte la empresa pasó a jefe de DaimlerChrysler en Alemania, donde anunció el despido de 8.500 asalariados.

Ayer en Stuttgart, Zetsche anunció que con la venta de Chrysler a Cerberus "hemos creado las condiciones para un nuevo comienzo de Chrysler y de Daimler". Lanzó Zetsche una andanada contra su antecesor Schremmp cuando dijo que Daimler había obtenido escaso provecho de los nueve años de matrimonio con Chrysler.

Representó a Cerberus su presidente del consejo de administración, el ex ministro de Hacienda de EE UU, John Snow, que aseguró la intención del consorcio de permanecer en Chrysler y que no planean coger los beneficios y largarse. Afirmó Snow: "Nuestro capital es la paciencia". Menester lo tiene. En la última reunión en Detroit para comunicar los resultados de Chrysler, Zetsche anunció el plan de eliminar otros 13.000 de los 81.000 empleos de la empresa norteamericana. Ahora se dice que con Cerberus no habrá nuevos despidos.

El presidente de Cerberus, John Snow (izquierda), junto al consejero delegado de Daimler, Dieter Zetsche.
El presidente de Cerberus, John Snow (izquierda), junto al consejero delegado de Daimler, Dieter Zetsche.REUTERS

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