Montilla se queja ante los constructores del elevado número de accidentes laborales en el sector

El presidente de la Generalitat, José Montilla, aprovechó ayer el arranque del salón Construmat para dar un toque a los empresarios por la elevada siniestralidad laboral que sufre el sector de la construcción. Montilla aseguró que el Gobierno catalán "quiere encarar" el "índice especialmente alto" de accidentes en la obra, que el año pasado sumó 35.000 siniestros. Otro problema del sector del ladrillo en Cataluña es la venta de minipisos de menos de 20 metros cuadrados, cuando no tienen cédula de habitabilidad. La Generalitat también prometió ayer más inspecciones para evitarlo.

Montilla esbozó en la inauguración de Construmat los principales retos a los que se enfrenta el sector de la construcción, al cual elogió por haber sido uno de los "líderes" del crecimiento económico catalán en los últimos años.

A pesar de que las previsiones apuntan a una desaceleración del mercado residencial, Montilla afirmó que las perspectivas son buenas para la obra pública, las infraestructuras y la vivienda protegida. Y aquí introdujo el primer reto del sector, que no es otro que implicarse en el Pacto Nacional para la Vivienda, que Montilla pretende cerrar "lo más pronto posible". El acuerdo, recordó, prevé promover 160.000 pisos públicos hasta 2016 y dar ayudas para rehabilitar 400.000 viviendas.

El segundo objetivo del sector, añadió Montilla, debe ser el de rebajar el "índice especialmente alto" de siniestralidad laboral que registra la construcción. El año pasado, aseguró, 35.000 empleados en el sector sufrieron accidentes de trabajo.

Teniendo en cuenta que el año pasado se produjeron unos 163.000 incidentes laborales, los que sufren los obreros de la construcción suponen más del 20% del total. "Nos preocupa a todos, a empresarios, sindicatos y al Gobierno", afirmó Montilla, que añadió que se trata de un "aspecto" que incide en la "salud" y la "calidad del empleo".

Precisamente, a Montilla le acompañaba en la inauguración el presidente del salón Construmat y de la promotora inmobiliaria Habitat, Bruno Figueras. En una obra de Habitat, en el barrio barcelonés de Poblenou, murieron el pasado verano cinco trabajadores en un accidente.

El boom de la vivienda, aunque esté remitiendo, ha puesto más que difícil el acceso a un piso para buena parte de la población, y esta dificultad ha dado lugar a fenómenos en Barcelona como la venta de espacios de algo más de 10 metros cuadrados como supuestas viviendas cuando no cuentan con cédula de habitabilidad.

En este sentido, el consejero de Medio Ambiente y Vivienda, Francesc Baltasar, aseguró ayer que este tipo de habitáculos "son infraviviendas" y la Generalitat se coordinará con los ayuntamientos para reforzar las "medidas inspectoras" con el fin de evitar que se vendan como pisos. Además, avanzó que el proyecto de Ley de Vivienda rechaza que este tipo de habitáculos sean viviendas.

En la actualidad, un piso requiere un mínimo de 20 metros cuadrados de superficie para poder tener cédula de habitabilidad, pero Baltasar señaló que "estos metros no son una cifra mágica, importan otros elementos como los servicios o la ventilación". En cualquier caso, el consejero de Vivienda destacó que no se puede hablar de vivienda con menos de esos 20 metros cuadrados. A juicio del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, la venta de estas habitaciones constituye "un fraude".

4.500 empresas

Construmat, que llega este año a su 15ª edición, se consolida como el mayor salón del sector en España y el tercero en Europa al batir récords y ocupar 155.000 metros cuadrados en los recintos de Montjuïc y Gran Via. En esta feria hay más de 2.570 estantes que representan a 4.500 empresas de 50 países de todo el mundo y que expondrán cerca de 50.000 productos relacionados con la construcción. La organización prevé que el salón facilite más de un millón de contactos de negocios y genere un monto de unos 330 millones de euros.

Por otra parte, los precios de la vivienda usada en el área metropolitana de Barcelona crecieron un 8% en el primer trimestre de 2007, según los datos facilitados ayer por la red Comprarcasa, de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria.

A pesar de que el incremento es menor que en otros periodos anteriores, el incremento acumulado es del 33%, lo cual indica que el proceso de desaceleración es más lento que en la capital catalana. Sant Cugat del Vallès sigue siendo la población más cara, con un crecimiento del 4%, mientras que en Sant Boi los precios cayeron un 2%.