Las huellas de la vida

Una piña caída en el bosque puede resultar como un libro abierto. Si está agujereada, es muy probable que algún pájaro carpintero se haya afanado en picotearla. Si se encuentra roída en círculos, lo más seguro es que anden cerca un ratón de campo o una ardilla. Nuestro entorno natural se encuentra plagado de señales, como se puede comprobar en la exposición La escritura de los animales, abierta en el Centro de Recursos Medioambientales de San Sebastián, en el parque de Cristina Enea (www.cristinaenea.org), hasta el próximo 29 de julio. La muestra pretende divulgar la diversidad de ecosistemas y especies de toda la Península Ibérica y ayudar a interpretar las huellas que los animales dejan a su paso.

El montaje cuenta como comisario con el naturalista y escritor Joaquín Araújo

Comisariada por el naturalista y escritor Joaquín Araújo, la exposición está respaldada por el Ayuntamiento donostiarra y la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Uno de sus apartados, bautizado No estamos solos, explica en concreto el trabajo que realiza la citada fundación en el ámbito de la conservación, el estudio y el uso sostenible de la biodiversidad.

A través de paneles en los que se combinan fotografías, dibujos, textos informativos, citas de filósofos y poetas, huesos, conchas y y otros vestigios, la exposición enseña los diferentes tipos de ecosistemas de la Península Ibérica, analizando su fauna, su flora y los espacios naturales protegidos que incluyen. El visitante puede viajar desde el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en Pontevedra, hasta el de Sierra de Gata, en Almería, pasando por el de Monfragüe, en Cáceres, donde habita la mayor colonia de buitre negro del mundo.

La escritura de los animales, que llega a la capital guipuzcoana tras exhibirse en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, repasa también la situación en que viven las especies más amenazadas de la península. Así, quienes se detengan en el rincón que habla de las Islas Canarias, descubrirán que plantas como la violeta o el retamón de la Caldera de Taburiente corren peligro. Lo mismo que les sucede a la tortuga laúd, el alimoche y la orca.

La foca monje ha tenido peor suerte y ya se ha extinguido en el archipiélago canario, aunque existen planes para reintroducir este mamífero.

La muestra incluye un documental sobre el comportamiento animal y las costumbres de la fauna ibérica. En unas semanas se pondrá adquirir en el mismo Centro de Recursos Medioambientales, en castellano y en euskera, el libro de Araújo que da título a la exposición. Según su autor, es un paseo por nuestros campos y montes en que el lector podrá descubrir el secreto lenguaje de los animales y saber quiénes habitan en un ecosistema sin necesidad de verlos, sólo observando los mensajes que todos ellos dejan en escena.

La exposición está dirigida a públicos de todas las edades, pero, en especial, a los más pequeños, encargados de velar en el futuro por la buena salud del medio ambiente. Estos visitantes menudos podrán aprender divirtiéndose. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, estampando sellos con las huellas de animales como el lince, la liebre o la nutria. Y es que, como subraya Araújo, "el mayor atentado contra la vida surge de la ignorancia". Una frase que puede completarse con otra afirmación también presente en la muestra: "Sólo una huella borra todas las otras, la del ser humano".