Relación
Como ciudadana, me preocupa la tendencia actual a vender la ciudad a cualquier precio, lo que nos lleva a aquellos que la hemos vivido y sentido toda nuestra vida a sentirnos a veces más extranjeros que los recién llegados que, como turistas, la van consumiendo con la mirada. No pasa sólo en Barcelona, es el espíritu de nuestros tiempos. Sueño con una Barcelona con un espíritu más de barrio, que en el centro haya también espacio para negocios más personalizados, incluso para pequeños artesanos que nos arreglen nuestras cosas y romper, así, el ciclo "comprar, usar y tirar". Que no se olvide que la ciudad nace de la necesidad humana de vivir en convivencia, de relacionarse. Ciudad no es una suma de viviendas con sus vías de conexión, sino un lugar de relación.
Como arquitecto pediría más flexibilidad en las ordenanzas, que hacer arquitectura no sea el resultado de situaciones castrantes que se van sucediendo con cada nueva propuesta; siempre un nuevo párrafo del gran libro de ordenanzas municipales corta toda posibilidad de investigación o, simplemente, de alegría a la hora de proyectar.
Carme Pinós es atrquitecta
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