La mina en la que se robaron los explosivos del 11-M tenía una doble contabilidad
Los peritos ratifican que la dinamita y los detonadores proceden de la explotación asturiana
En mina Conchita, la explotación de caolín de la que fueron sustraídos los explosivos y detonadores con los que se perpetraron los atentados del 11-M, existía una doble contabilidad. Así lo puso de manifiesto ayer en el juicio un perito de la Guardia Civil que destacó que el procesado Emilio Llano, capataz de la mina, facilitaba a la intervención de armas cantidades muy diferentes de las que pasaba a la empresa como consumo real. "No entendemos el porqué de una doble contabilidad a menos que se esté falseando u ocultando una realidad", concluyó el agente del instituto armado.
En el estudio que realizaron los peritos detectaron consumos imposibles, y una desproporción entre el consumo de detonadores y de explosivos. En cualquier caso, Llano proporcionaba a la intervención de armas unos datos de consumos que siempre se ajustaban a las capacidades máximas de los minipolvorines. Sin embargo, a la empresa Caolines de Merillés le proporciona datos de consumo de explosivos y detonadores. Entre unas otras cifras había "diferencias muy notables".
El perito ratificó el informe elaborado con un compañero que concluía que los explosivos y detonadores hallados en varios escenarios del 11-M y en los escombros del piso de Leganés donde se suicidaron los islamistas procedían de Mina Conchita.
El abogado del ex minero Suárez Trashorras quiso seguridades y preguntó: "¿Puede asegurar que las numeraciones de las fajas de los cartuchos de Leganés provienen indubitadamente de Mina Conchita?".
¿Certeza?, ni Dios
"Eso no lo aseguraría ni de lo que voy a hacer en un ratito. En el informe pone: Origen probable del material explosivo. Certeza, no creo que la tenga ni Dios".
El perito, a preguntas del letrado Antonio García, culpó a Emilio Llano del descontrol existente y señaló que sin su colaboración es imposible que los terroristas hubieran tenido acceso a la cantidad elevada de explosivo que consiguieron. "No sé si la falta de celo o la implantación de un sistema personal de petición de explosivos -300 kilos de manera continuada- hacen pensar que en Mina Conchita, (...) había una cantidad muy superior a los 250 kilos. Esta manera de trabajar, aunque hubiera faltado dinamita, el no haberlo puesto en conocimiento de las autoridades y el no haberlo tenido en el minipolvorín es lo que facilita precisamente que se puedan hacer no con cinco ni con diez, sino con una cantidad muy grande, que es lo que se ha consumido en los atentados, lo que se ha encontrado en los escenarios y se corresponde a las fajas de los cartuchos encontradas en Leganés", concluyó.
Como curiosidad, hay que destacar que el letrado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, José María de Pablo, que el miércoles había preguntado por un supuesto etarra que en realidad era un perito de una aseguradora, volvió ayer a formular una pregunta en la línea de la teoría de la conspiración. La sutil diferencia es que ayer lo hizo señalando: "Las víctimas a las que represento me han pedido que le pregunte si el explosivo que ustedes encuentran en Leganés corresponde todo a Goma 2 ECO o si alguna de las fajas de los cartuchos corresponde a Goma 2 EC". El perito contestó tajante que todas coresponden a Goma 2 ECO calibre 26 x 200.
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