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El A-380 se somete a pruebas de ruido

El Airbus A-380 aterrizó ayer en Sevilla. Es el avión comercial más grande del mundo. "Y más respetuoso con el medio ambiente y más tecnológico", espetó Manuel Hita, director general de Airbus en España. "Y el más silencioso, por fuera y por dentro", apostilló Fernando Alonso, el ingeniero responsable de vuelo. Mientras sobrevoló el aeropuerto y cuando aterrizó, el ruido que generó no parecía el de un avión de casi 500 toneladas de peso y 73 metros de longitud. El avión se trasladará a Morón para someterse a nuevas pruebas de ruido durante unos 10 días.

Lo que más impresiona es su figura descomunal, con la que se retrataron muchos operarios aeroportuarios y decenas de sevillanos que se apostaban detrás de las vallas del aeropuerto. "Es más grande que una noria gigante", sentenció una azafata de vuelo. La altura de la cola -equiparable a un edificio de siete pisos- y la grandiosa silueta de las alas -800 metros cuadrados- merecieron mayor número de comentarios. "Son las alas de una gran gaviota, la mayor gaviota del mundo", afirmó orgulloso Hita, quien no pudo ocultar su emoción cuando el avión tomó tierra. "Como andaluz, se me han puesto los pelos de punta cuando he visto que después de tanto esfuerzo y dedicación, el avión estaba aquí", confesó.

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