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Un nuevo sistema informático ayuda a estudiar los restos sumergidos

Tras una década de funcionamiento, el Centro Andaluz de Arqueología Subacuática (CAS) ultima la que será una de sus herramientas fundamentales: el proyecto Signauta. En él trabajan sus técnicos. Se trata de un sistema de información para la gestión del patrimonio arqueológico subacuático de Andalucía. Un instrumento informático novedoso que pondrá a disposición de los investigadores la amplia labor documental desarrollada en este centro gaditano desde su creación.

En Signauta se integrarán todos los datos cartográficos e históricos que ha ido acumulando el departamento de documentación, formación y difusión del CAS en estos años. Cuando un investigador necesite información sobre un espacio determinado del litoral andaluz, podrá tener acceso a esta herramienta. De momento se está cerrando la estructura y el diseño de la aplicación informática. Después se le irán añadiendo los datos.

Entre los yacimientos que se incluirán estarán los de Camposoto, en San Fernando (Cádiz), y el bajo de Chapitel, en la gaditana playa de la Caleta. Allí han aparecido los restos de los que se sospechan que pueden ser dos barcos hundidos en la batalla de Trafalgar, el Fougueux y el Bucentaure. Es objetivo de los responsables del CAS poder cerrar este año este proyecto en torno a la contienda que enfrentó en 1805 a la armada inglesa con la aliada francoespañola.

Cañones del XIX

Los arqueólogos de la Junta tratan de demostrar que estos dos pecios corresponden realmente a estos barcos. Todo lo encontrado hasta ahora corrobora las bases documentales con las que han trabajado. En el yacimiento de Camposoto han sido hallados hasta 27 cañones que corresponderían con la época; en el del bajo de Chapitel, 23. Dos de ellos fueron extraídos para su estudio y se conservan en el interior de la sede del CAS, en el balneario de la Palma.

La investigación se intensificará este verano. Acudirán de nuevo a Cádiz tres expertos: Eric Rieth, del Museo Nacional de la Marina de París; Martine Acerra, de la Universidad de Nantes y Manuel Izaguirre, de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Si finalmente el CAS puede documentar que esos restos pertenecen al Bucentaure y al Fougueux se dará aviso oficial a Francia, país al que siguen perteneciendo estas embarcaciones.

Los restos de Trafalgar, como la mayoría de yacimientos subacuáticos, seguirán bajo el agua. Las extracciones sólo se realizan en caso de riesgo de expolio o justificadas en la investigación. Permanecen sumergidos para garantizar la realización de visitas. También a la espera de que nuevas técnicas, todavía no descubiertas, permitan investigar mejor y recuperar estos restos con la garantía de que no serán dañados.

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