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Los peatones tienen la responsabilidad del 76% de las infracciones con riesgo de atropello

Un estudio encargado por Interior apuesta más por la educación que por el control policial

Tres de cuatro infracciones con riesgo de atropello son cometidas por los peatones, según un estudio encargado por Tráfico. El informe confirma que en los atropellos no influye el estado de la carretera o el cansancio del conductor, sino la elevada velocidad del vehículo y la temeridad del viandante, que frecuentemente cruza los semáforos en rojo. El estudio apuesta más por las campañas educativas y de formación que por el mayor control policial a la hora de reducir los atropellos, que el pasado año causaron 19 víctimas mortales. En 2004 hubo 39 fallecimientos.

El elevado número de atropellos registrado a principios de la década, en contraste con la disminución general de víctimas en la carretera, llevó al Departamento de Interior a encargar un informe que analizara las causas de estas diferencias. El trabajo, elaborado por la Fundación Deusto, tiene como principal conclusión la responsabilidad de los peatones en los siniestros. Los autores del informe, en colaboración con ertzainas y policías municipales, realizaron una observación directa de la conducta de automovilistas y peatonales en tramos de riesgo, en una decena de municipios vascos.

En ese trabajo de campo se detectaron 1.250 infracciones de conductores y peatones que implicaban riesgo de atropellos. Lo significativo fue que el 76% de esas conductas correspondieron a los peatones, al cruzar el semáforo en rojo (un 47% de los casos) o fuera del paso señalizado (un 39%). El 24% de las infracciones restantes procedieron de los automovilistas. La más habitual, en el 53% de las ocasiones, fue que los conductores no respetaron los pasos de peatones para que cruzaran los viandantes.

En días laborables y secos

El estudio indica que la mayoría de los atropellos en las calles y carreteras del País Vasco suceden en una jornada laborable, durante el día, con buen tiempo y la carretera seca. El conductor implicado llevaba menos de una hora al volante. "No es un problema de cansancio", dijo el director de Investigaciones Sociales de la Fundación Deusto, Jon Leonardo, al presentar el estudio en el pleno anual de la Comisión Vasca de Seguridad Vial. Destacó que la "naturaleza" de los siniestros por atropellos es diferente del tipo general de accidentes.

Los responsables del trabajo expusieron las experiencias de otros países. Así, en Londres, para la prevención de atropellos se han instalado radares, rotondas o jardineras y bancos, así como el acompañamiento de adultos a los menores que se dirigen a la escuela. En Holanda se han extendido las zonas con límite de velocidad a 30 kilómetros por hora. En California se han creado rutas peatonales que conectan los centros de actividad de una ciudad y en Suecia existen radares que, al detectar la llegada del peatón a los cruces, hacen que se active la luz verde para que que atraviesen la calzada con seguridad.

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"Más que el control policial, se requieren actuaciones formativas que impulsen conductas responsables", expuso Jon Leonardo. El estudio propone cinco actuaciones, como el impulso de la educación, la incorporación de la seguridad de los peatones en el diseño urbanístico de los municipios, y la participación ciudadana, con ejemplos similares a los países anglosajones en los que es habitual que voluntarios ayuden a grupos de niños a cruzar la calle.

"La siniestralidad del peatón en la ciudad viene relacionado con el grado de educación y desarrollo de la sociedad, y se ha comprobado que al conducir o caminar se evidencia el grado de civilidad de la persona", señaló Leonardo. Los autores del estudio opinan que, en los atropellos, "pesa más la educación que la regulación, aunque el éxito no vaya a ser a corto plazo".

El estudio incorpora los datos de Tráfico sobre la evolución de los atropellos, que han descendido a la mitad en los últimos 13 años: de los 472 conductores implicados en 1993, se ha pasado a 215 en 2005. En cuanto a los peatones, en las carreteras hubo 203 accidentados en 1994 y el pasado año se quedaron en 66, mientras que en las vías urbanas, de los 162 de 2001, se pasó a 95 durante el último ejercicio.

Los fallecidos en esta década han ido descendiendo, aunque en los primeros años, de 2001 a 2004, se registró un repunte hasta alcanzar los 39 atropellos mortales. En 2005 bajó a los 28 y el pasado año se produjo la disminución más importante, con 19 muertos. El Departamento de Interior ha atribuido este cambio de tendencia al incremento de las medidas de prevención específicas con los atropellos, las campañas de vigilancia y control, y la mayor concienciación.

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