Pantoja, en libertad con fianza de 90.000 euros
La tonadillera está acusada de adquirir propiedades con dinero procedente de Julián Muñoz
Isabel Pantoja, la tonadillera más famosa de España, añadió ayer otro desagradable jalón a su leyenda. La cantante y estrella de la prensa del corazón evitó ir a prisión después de que sus abogados depositaran la fianza de 90.000 euros que le impuso el instructor del caso Malaya contra la corrupción en Marbella, Miguel Ángel Torres. El juez acusa a la artista, que fue detenida en su chalé marbellí la noche del miércoles, de un delito genérico de blanqueo de capitales y otro de fraude contra la Hacienda pública. La Fiscalía Anticorrupción sostiene que Pantoja, que ayer declaró durante más de dos horas, adquirió propiedades inmobiliarias y ganaderas con dinero obtenido por su pareja, el ex alcalde Julián Muñoz, por permitir irregularidades urbanísticas.
La cantante abandonó los juzgados a las siete de la tarde. A través de la ventanilla de un turismo oscuro, los fotógrafos pudieron captar media sonrisa trazada en un rostro tenso y oculto tras unas grandes gafas oscuras. Su abogado, José Ángel Galán, mantuvo que se encontraba "muy tranquila" y que se había declarado "absolutamente inocente" ante el juez. "No tiene ningún reproche penal que hacérsele", dijo. "Ahora nos toca trabajar para recurrir el auto, que quede en libertad sin fianza y desvirtuar las acusaciones contra ella".
Pantoja declaró durante más de dos horas ante el magistrado. Según fuentes cercanas al caso, el instructor se interesó por la compra de diferentes propiedades en la localidad de Fuengirola (Málaga), donde la cantante regentaba el restaurante Cantora, y de una ganadería con más de 500 reses. Todavía no se ha determinado la cantidad de dinero que supuestamente blanqueó Pantoja. El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, mantuvo que se trata de "importantes sumas en efectivo", mientras que fuentes policiales señalaron que "no lo sabe ni ella". Las cantidades de dinero que la cantante movía por su profesión han sido uno de los factores que más problemas han acarreado a los investigadores. Los agentes llevaban varios meses investigando sus movimientos financieros y el juez había requerido datos sobre ella a los cuatro inspectores de la Agencia Tributaria que tiene a su disposición exclusiva.
Isabel Pantoja, arrestada por agentes de paisano en su chalé Mi Gitana, en la lujosa urbanización marbellí La Pera, pasó la noche del miércoles en uno de los 32 calabozos de la Comisaría Provincial de Málaga. La tonadillera fue ingresada en una celda que ocupaba ella sola. Fuentes policiales negaron que se le hubiera dado ningún trato de favor y argumentaron que el resto de los detenidos del caso Malaya, entre los que ha habido abogados, concejales y empresarios, también fueron separados de los arrestados por delitos violentos.
Pantoja entró serena en dependencias policiales, aunque sufrió una pequeña crisis en el momento en el que los agentes comenzaron a hacerle la ficha policial. Cuando fueron a tomarle las huellas dactilares y a hacerle la fotografía de frente y de perfil, fue consciente de que había sido detenida y lloró, igual que hizo Mayte Zaldívar, esposa de Julián Muñoz. "Lo ven como una degradación, como un agravio", mantenía ayer un agente. Según fuentes policiales, uno de los funcionarios intentó tranquilizarla diciéndole que era un trámite oficial y rutinario. Cuando llegó a los calabozos, la cantante recibió como cena una bandeja de comida precocinada y rogó a los agentes que la dejaran fumar para tranquilizarse, algo que no está permitido.
La llegada de Pantoja a los juzgados, sobre las 9.50, se produjo en medio de un silencio casi reverencial, sólo roto por el sonido de decenas de cámaras de fotos y la caída de un carro de la compra de una señora. El vehículo policial que trasladaba a la artista tuvo que maniobrar para entrar en la cochera, lo que dio un tiempo extra a los fotógrafos para obtener instantáneas de la detenida más famosa de España. "La verdad es que los policías se han portado con los cámaras", opinaba un redactor gráfico. "Y ella también", terciaba otro. A diferencia de otras imputadas célebres del caso Malaya, como la ex alcaldesa Marisol Yagüe o la ex esposa de Julián Muñoz, Mayte Zaldívar, Pantoja se mostró con la cabeza bien alta y con los ojos ocultos tras unas grandes gafas de sol.
"¡Qué salga ya!"
"¡Que salga ya, que el público se va!". Alrededor de 200 personas, de todas las edades, se apostaron durante horas ante la sede judicial para presenciar el último descenso a los infiernos de su principal icono televisivo, Isabel Pantoja. "Somos del pueblo y tenemos derecho a abuchearla. Gente de fuera la trajo aquí a robar", afirmaba Rosa, sentada ante la puerta de la cochera del juzgado. El sentimiento poco amistoso hacia la artista era general entre aquellos que se consideraban marbellís "de toda la vida". "Todo el pueblo está contento", afirmaba Marta.
Pepa, una admiradora confesa de Isabel Pantoja, se declaraba "muy impresionada". "No me lo podía creer. Ella es muy buena persona y muy buena artista. Creo que es una víctima de la ambición de Julián Muñoz", aseguraba en voz baja. A su lado, Marta, zanjaba: "Si la ha hecho, que la pague".
Mientras tanto, la gente lanzaba los primeros chistes sobre la tonadillera. "¿Sabes cómo se llamará su próximo disco? Entre rejas". Algunos hacían apuestas sobre la fianza que le impondría el juez. Ganó quien dijo que sería la misma que la de Mayte Zaldivar.
[La lista de detenidos del caso Malaya aumentó ayer con la detención en Madrid del corredor de Bolsa Fernando Salinas, a quien el juez acusa también de blanqueo de dinero en relación con las actividades de Julián Muñoz].
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