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Montilla pide a Carod y Saura que nadie del Gobierno se pronuncie sobre las críticas de Maragall

Corbacho desdeña la voluntad del ex presidente de dejar sus responsabilidades en el PSC

Prohibido dar cancha a Pasqual Maragall. Ni desde el partido ni, sobre todo, desde el Gobierno. Esta es la consigna del presidente de la Generalitat, José Montilla, tras las duras críticas de su antecesor al proceso estatutario y a la forma como fue apeado del cargo. Ayer, Montilla se reunió con sus socios Josep Lluís Carod Rovira y Joan Saura para recordarles estas instrucciones. El objetivo del presidente es que las críticas de Maragall no empañen la defensa y el desarrollo del Estatuto que con tanto empeño está haciendo el Gobierno catalán.

Las respuestas de los miembros del Ejecutivo al ex presidente serán las justas y necesarias y cuando no haya más remedio. Así sucederá esta tarde cuando desde la oposición de CiU y PP, en la sesión de control parlamentaria, Artur Mas y Josep Piqué interroguen a Montilla sobre este espinoso asunto. Pero más allá de estas intervenciones en el pleno, no debe hablarse de Maragall y de sus aceradas críticas a José Luis Rodríguez Zapatero y al proceso de aprobación del Estatuto.

De hecho, ayer fue un claro ejemplo de que Montilla y Carod cumplen las instrucciones. El presidente obvió el tema en la reunión semanal del Consell Executiu. Y el consejero de la Vicepresidencia, en la posterior rueda de prensa, señaló que un Gobierno no "se dedica a comentar las declaraciones de sus ex presidentes". Con esta declaración zanjó el asunto ante las insistencias de los periodistas.

Si a alguien no le había quedado claro, Montilla lo recordó en un almuerzo que compartió con los pesos pesados de Iniciativa y de Esquerra Republicana, Joan Saura y Josep Lluís Carod, respectivamente. Y si la consigna sirve para los líderes de cada formación, también para el resto de dirigentes.

La orden parece que no llegó a oídos del alcalde de L'Hospitalet de Llobregat, presidente de la Diputación y secretario de política municipal del PSC, Celestino Corbacho. En declaraciones a Efe se dedicó a reflexionar sobre la eventual retirada de Pasqual Maragall como presidente de los socialistas catalanes, que en principio quiere hacer efectiva tras las elecciones municipales. Un año antes de lo previsto.

Corbacho, ante esta hipótesis, señaló que el PSC "funcionará de manera normal y corriente" porque la figura del presidente "no es fundamental" en el partido. Y recordó que la presidencia ha sido un cargo inexistente en algunas épocas. "Deberá abordarse en el próximo congreso si la figura del presidente debe continuar existiendo o no, porque no hay que olvidar que en la cultura del partido el depositario del liderazgo es el primer secretario", o sea, José Montilla.

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Por su parte, Jordi Pujol reflexiona en su página web sobre el sentimiento de "frustración y desconcierto" que invade a la sociedad catalana y que, en los últimas semanas, se ha ido incrementado debido "a ciertas declaraciones" y a la actitud poco defensiva de los gobiernos central y catalán. Además, opina que el proceso de reforma del Estatuto no se llevó "del todo bien".

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