CCOO y UGT piden una unidad de acción cuya falta ELA considera "inevitable"
Menos, pero más divididos. El 1 de Mayo se celebró una vez más en Euskadi con los trabajadores repartidos en bloques estancos. CCOO y UGT, las únicas centrales representativas que desfilaron de la mano en las tres capitales, reclamaron una vez más la "necesidad de unidad sindical" en defensa de los trabajadores.
Los sindicatos más representativos reunieron a menos de 6.000 personas en las manifestaciones de las tres capitales
Onaindi y Casado piden el voto en las próximas elecciones municipales para los partidos progresistas y de izquierdas
Elorrieta acusa a las centrales no nacionalistas de practicar un "sindicalismo de acompañamiento" al Gobierno
Sus palabras fueron respondidas, incluso antes de pronunciarlas, por el secretario general de la central mayoritaria, ELA, José Elorrieta, quien recalcó que la carencia de esa unidad en Euskadi resulta "inevitable". Justificó sus palabras en el "sindicalismo de acompañamiento" que, a su entender, practican las centrales de ámbito estatal al firmar acuerdos laborales marco con la patronal y el Gobierno central. Los secretarios generales de UGT y CCOO en Euskadi, Dámaso Casado y Josu Onaidi, respectivamente, defendieron dichos acuerdos porque mejoran la situación de los trabajadores y han reducido la precariedad. LAB, mientras, desfiló en favor de una "Euskal Herria roja".
Las distintas manifestaciones que loss cuatro sindicatos más representativos convocaron en las tres capitales lograron reunir en conjunto a apenas 6.000 personas, lejos de las cifras de años precedentes. ELA no logró desbancar en las calles de Bilbao a sus rivales no nacionalistas, en un recorrido casi idéntico.
El más madrugador en tomar ayer la palabra fue José Elorrieta. Su discurso, que se repartió antes a la prensa por escrito, fue el más largo y más duro de todos los que pronunciaron los líderes sindicales vascos. Con la escultura del Sagrado Corazón bilbaíno de fondo y jugando con las pausas y el genio, Elorrieta fue dejándose la voz, como también es habitual, para arengar a los suyos frente a tres objetivos claros: las centrales no nacionalistas, el Gobierno y los empresarios.
Diálogo social
Vinculó directamente sus ataques a CCOO y UGT a "eso que se llama diálogo social", que sólo sirve "para dar cobertura a las politicas del Gobierno". Aseguró que, aunque no se trata "exclusivamente" de un problema de España, sino que afecta al "conjunto de Europa", "el sindicalismo español va por delante". Tras esta primera acometida contra sus rivales, reivindicó su modelo de negociación colectiva, que no distingue, dijo, de sectores y empresas. "Sin caja de resistencia no hay lucha sindical de verdad. Es una lucha mediática", abundó.
El ataque a los empresarios y a la Administración llegó casi a la par. Acusó al lehendakari, Juan José Ibarretxe, de plantear un modelo neoliberal" que sólo favorece a la patronal y destacó que las empresas vascas pagan un 45% menos por el Impuesto de Sociedades que las del resto de España, que sus exenciones y bonificaciones fiscales superan los 1.500 millones o que se produce un trasvase de las rentas del trabajo a las de capital al año de 4.400 euros por persona. Sostuvo que al Gobierno le importa poco que se deterioren la sanidad o la educación. Las críticas al tripartito se completaron con una mención del tren de alta velocidad.
En su ya tradicional reivindicación del soberanismo, Elorrieta acusó al PNV de mantener dos tripartitos: el de las cosas "menores", con EA y EB, y el de las importantes, en alusión a sus acuerdos con socialistas y populares sobre presupuestos, impuestos,... Crítico con la posibilidad de pactos transversales entre el PNV y el PSE, reivindicó la suma de fuerzas nacionalistas. Aseguró que la transversalidad tiene de tope el Estatuto y que el plan y la consulta de Ibarretxe están bajo mínimos y sólo resucitan como argumento para la campaña electoral. Elorrieta dejó claro, en todo caso, que para que las fuerzas nacionalistas puedan sumar debe desaparecer ETA.
El final de ETA
El final del terrorismo fue también una petición repetida por las centrales no nacionalistas, que recordaron que las acciones de ETA impiden la libertad y la igualdad de oportunidades. Tanto Onaindi como Casado pidieron delante de varios de los principales dirigentes del PSE-Patxi López, Rodolfo Ares y José Antonio Pastor, entre otros- el voto en los comicios del día 27 para las formaciones de izquierdas y progresistas. A la marcha de CCOO y UGT también acudió el coordinador general de EB, Javier Madrazo.
Casado aseguró que el diálogo social resulta más necesario que nunca porque "hay 72 sectores, con miles de trabajadores, sin convenio colectivo durante varios años". Onaindi destacó los problemas de mujeres y jóvenes, con "condiciones laborales realmente difíciles", y advirtió de que la siniestralidad y las enfermedades profesionales son "la gran asignatura pendiente".
El secretario general de LAB, Rafael Díez Usabiaga, encabezó la manifestación que la central de la izquierda abertzale celebró en Vitoria bajo el lema Euskal Herria Gorrira ("Hacia una Euskal Herria roja"). Su mensaje fue reclamar "un cambio político y social que permita a este país recorrer el camino hacia la paz y un marco democrático donde se dé el reconocimiento de Euskal Herria como nación", informa Efe. Según Díez, es "clave el derecho a decidir como auténtica llave para un cambio político, pero también en materia económica".
'La Internacional' a la trompeta
Algunos inmigrantes europeos han encontrado en su manejo de la trompeta o el acordeón una forma de ganarse un jornal. Dos habituales de los paseos bilbaínos, un dúo de trompetas, no dejaron ayer su oficio en la celebración del 1 de Mayo. En su doble condición de como trabajadores y empresarios, aprovecharon la oportunidad que las manifestaciones les presentaban. A la altura del palacio de la Diputación de Vizcaya sus trompetas entonaban La Internacional con sones algo pachangueros. A sus pies, la bolsa en la que los manifestantes más solidarios iban dejando caer alguna monedilla.
A los trompetistas, al igual que a todos los manifestantes, les respeto la lluvia. Cayó agua antes, pero no durante las distintas marchas y discursos. ELA redujo sus intervenciones a la mitad en previsión del mal tiempo, aunque no les hubiese hecho falta. Las manifestaciones, de unos y de otros (USO, CNT, UGT y CC OO, ELA,...) se rozaron en Bilbao sin llegar a tocarse. Todos lo evitaron con gran diligencia. Las convocatorias, casi a la misma hora, discurrieron por la Gran Vía bilbaína y salieron de la plaza del Sagrado Corazón. Sin embargo, seguramente sin un pacto previo, cada uno ocupó un espacio diferente y no tuvieron ni que saludarse en el día en que todos celebraban el día del trabajo.
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