Octavio Frias, empresario brasileño
Construyó un imperio de comunicación a partir del diario 'Folha de São Paulo'
El lunes 30 fue enterrado Octavio Frias en el cementerio Getsemaní, en São Paulo. Al sepelio asistieron las máximas autoridades del Gobierno y del Estado, encabezadas por el presidente de la República, Luis Inácio Lula da Silva, que permaneció más de una hora en el cementerio y declaró tres días de luto nacional. Lula hizo grandes elogios del importante papel jugado por Frias -que deja su imperio en manos de sus hijos, que ya trabajaban en la empresa- en "la democratización de Brasil después de la dictadura militar".
Considerado siempre un hombre incorruptible y defensor de la independencia de la prensa frente a los poderes fácticos, Frias, sin grandes estudios, era un empresario pragmático, con gran sentido del humor, que había comenzado de la nada. Había sido botones en una oficina, vendedor de aparatos de radio, funcionario público y banquero.
A sus 50 años, en 1962, cambió su vida al comprar con su socio Carlos Caldeira el diario Folha de São Paulo, al que convirtieron en el periódico de referencia del país. En su última entrevista en 2003, contó con ironía que hoy no compraría Folha "porque no tendría dinero para pagar lo que vale".
En esa misma entrevista contó con toda libertad que en las elecciones de 2002 que dieron la victoria a Lula, él lo invitó a reunirse con toda la dirección del periódico para que expusiera su programa electoral. Su hijo, Octavio Frias Junior, que es el actual director responsable de Folha, le preguntó al aspirante a presidente de la República si con tan pocos estudios (sólo el bachillerato) se atrevía a gobernar el país. Lula, contaba el anciano empresario, en vez de dar una respuesta, se levantó y dejó la comida. "Yo tuve que acompañarle a la puerta", contó Frias, quien comentó que había sido una pena, pues Lula "tenía mil respuestas para responder a la pregunta de mi hijo".
Frias logró crear el grupo de prensa más importante de Brasil, que, además de Folha de São Paulo, cuenta con otras publicaciones como Agora y Valor Econômico, con empresas relacionadas con la distribución y diseño de prensa y la editorial Publifolha, así como también con el portal Universo Online (UOL).
Hasta pocos días antes de morir, el anciano empresario -elogiado ayer por toda la prensa nacional por su defensa de la independencia de los periodistas- siguió trabajando todas las tardes en el periódico, en el que, aunque ya no tenía funciones de dirección, todavía controlaba la línea editorial, discutía con sus hijos las informaciones más delicadas y estaba siempre alerta para que el diario no se comprometiera con el poder.
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