Varapalo a Olmert
La comisión independiente encargada de investigar los fallos de Israel en la guerra del pasado verano en Líbano le ha dado un sonoro varapalo al primer ministro Olmert, al titular de Defensa, Peretz, y al ex jefe del Estado Mayor, Halutz. Los cinco investigadores afirman que hubo "errores muy graves" y faltó "juicio, responsabilidad y cautela". Poco margen de maniobra les deja el informe a los afectados, pese a que en ningún momento se reclama la dimisión. Probablemente eso no era competencia de la llamada Comisión Winograd, que lleva el nombre del veterano jurista que la presidió y de la que formaron parte también dos ex generales y dos profesores universitarios. Más aún si se tiene en cuenta que este órgano se constituyó a iniciativa del propio Gobierno para calmar las protestas de muchos de los reservistas que combatieron contra las milicias islamistas de Hezbolá. Olmert ha descartado por ahora dimitir y simplemente ha dicho que estudiará las conclusiones para corregir los errores.
En realidad, los errores son de tal magnitud que cuestionan el futuro y la capacidad como gobernante de Olmert, ex alcalde de Jerusalén y líder del centrista Kadima que fundó el moribundo Sharon, así como los conocimientos militares del ministro de Defensa y líder sindicalista laborista, Peretz. Éste casi sale peor parado que el jefe del Ejecutivo, pues la comisión afirma que no solicitó ni examinó los planes del Ejército, no comprobó la preparación de las Fuerzas Armadas ni los planes de los militares en los que se fijaron los objetivos de la guerra, que causó la muerte de 117 soldados y 41 civiles israelíes y más de un millar de libaneses. La falta de conocimiento de Peretz en asuntos de defensa y su falta de experiencia -sentencia la Comisión Winograd- fueron la causa del fracaso de la misión. La guerrilla de Hezbolá, que aún mantiene en cautiverio a los dos soldados israelíes cuyo secuestro provocó las hostilidades, puso en jaque durante 34 días a la defensa aérea y terrestre israelíes y calificó su resistencia de "victoria divina". Israel afirmó que el armisticio y la fuerza de interposición de Naciones Unidas, en la que participa España, ha permitido alejar a la milicia islamista del sur de Líbano.
Con o sin los apabullantes resultados de la Comisión Winograd, que aún debe publicar otro segundo informe antes del verano, la estrella de Olmert parece haberse apagado. Su cota de popularidad se ha hundido hasta no más del 3% y, además, está tocado por varios casos de corrupción. Consciente de que dentro de su propio partido tampoco cuenta con simpatías, será milagroso que pueda sobrevivir políticamente.
