Salaburu advierte de que la universidad europea se está quedando atrás
El ex rector cree que la clave para acercarse a EEUU pasa por más autonomía y financiación
La educación universitaria en Europa está perdiendo competitividad respecto a Estados Unidos, e incluso frente a Japón y China. Esa es la principal conclusión que arroja el libro La universidad en la encrucijada: Europa y EE UU, dirigido por Pello Salaburu, catedrático y ex rector de la Universidad del País Vasco (UPV), que compara ambos modelos. En su opinión, la gran diferencia es que la universidad estadounidense "invierte más y crea más ciencia".
Una mayor financiación y autonomía son las claves para salvar las distancia que nos lleva EE UU, señaló ayer Salaburu en la presentación del libro, en cuya elaboración han colaborado el
actual rector de la UPV, Juan Ignacio Pérez, el vicerrector Ludger Mees y la ingeniera de telecomunicaciones Marta Moreno. La obra, publicada por la Academia Europea de las Artes y las Ciencias, aporta más de cien tablas que muestran una fotografía inequívoca: de las 20 mejores universidades del mundo, 17 son estadounidenses. En la lista de la 500 mejores sólo hay siete españolas, y la primera, la de Barcelona, hacia el puesto 200.
La diferencia entre el modelo estadounidense y el europeo no reside en la transmisión de conocimiento (la docencia), sino en la creación del mismo (la investigación), destacó Salaburu. Ello se plasma en una diferencia abrumadora en los dos indicadores de la producción científica: el número de patentes y de artículos publicados.
En este sentido, el ex rector lanzó una crítica al sistema de investigación impulsado desde el Gobierno vasco, que está potenciando los centros de investigación cooperativos (CIC) frente a la labor de base de la UPV. "¿Donde están las patentes?", se preguntó tras recordar que sólo una "parte pequeña" de lo mucho que se invirte en investigación va a la Universidad.
Salaburu propuso conseguir una mayor financiación -en EE UU la inversión por estudiante es de 24.000 dólares, frente a los 12.00 de media de la UE y los 8.943 de España-, diversificando las fuentes de ingresos: conseguir más contratos con empresas, modificar el sistema fiscal para que sea más fácil apoyar económicamente a los centros académicos y subir las tasas de las matriculaciones a la vez que mejorar el sistema de becas. Observó que en Europa el sistema está demasiado atado a la burocracia y que supone un lastre el hecho de que el profesor sea un funcionario vinculado de por vida a una institución, "sin que tenga que dar cuentas".
Consideró excesiva la intervención del Estado en las universidades, y subrayó que éstas han de gozar de autonomía y proyectos diferenciados para ser competitivas. Criticó también la endogamia que arrastra la universidad española y que sus cargos sean elegidos sólo por la comunidad universitaria, "ahora que cada vez es más difícil delimitar dónde empieza y acaba la universidad". Por ello, abogó por estrechar lazos con la sociedad. "En Estados Unidos la universidad es un referente para la sociedad, que se enorgullece de ella. Aquí la universidad no cuenta", señaló Salaburu.
Juan Ignacio Pérez abogó por combatir la idea de que el exceso de formación es negativo porque obliga a las personas con alto nivel educativo se ven obligadas a trabajar en puestos de menor nivel. "Los países con mayor formación son los más avanzados", recalcó. Subrayó que el Espacio Europeo de Educación Superior brinda la "mejor oportunidad para ponerse al día" y alcanzar el nivel de la potencia americana. El rector de la UPV consideró un buen paso que la financiación de las universidades esté sujeta a sus resultados, como plantea el informe del Consejo de Coordinación Universitaria (CCU) que presentó anteayer la ministra de Cultura, Mercedes Cabrera.
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