El estamento olvidado
El personal de administración y servicios de la UPV reclama un mayor reconocimiento ante la OPE que reducirá la eventualidad
El personal de administración y servicios (PAS) es tan esencial como el profesorado para que una universidad funcione. Sin embargo, el 65% de su plantilla en la Universidad del País Vasco (UPV) trabaja con un contrato temporal. La ausencia de convocatorias de oposiciones para este colectivo en toda la historia de la universidad -a excepción de una fallida en 1995-, que ha obligado a incrementar la plantilla con puestos temporales, es la causa de este elevado índice de eventualidad. A finales de este año se convocará una oferta pública de empleo (OPE) que sacará a concurso 612 plazas. Será la primera de tres con las que la UPV espera reducir la temporalidad a un 13%. El estamento más olvidado de la comunidad universitaria demanda estabilidad y un mayor conocimiento y reconocimiento de su trabajo.
El 62% de la plantilla cuenta con una antigüedad de más de diez años y el 46% tiene más de 45 años de edad, por lo que la OPE se ha acogido con inquietud entre los afectados. "La gente está en una edad avanzada como para enfrentarse a unos exámenes. Es angustiante que a las puertas de la jubilación te puedas quedar sin trabajo", declara Begoña Juaristi, jefa de negociado, que entró en el centro público con las primeras oposiciones.
Fuentes del Rectorado adelantan que, dado que el personal no ha podido presentarse a oposiciones, el hecho de haber trabajado en la UPV pesará mucho a la hora de puntuar los méritos de los aspirantes. Aun así, subrayan que quienes no trabajen para la universidad tendrán posibilidades reales de acceder a las plazas que salen a concurso, y destacan que un 10% de las mismas se reserva a la promoción del personal fijo. Quienes no superen las pruebas pero se encuentren dentro de las listas del Acuerdo de Estabilidad, mantendrán el vínculo con la universidad durante el tiempo que duren los procesos selectivos, recuerdan. Para Iñaki Gomendiurrutia, técnico de apoyo multimedia en el Aula Magna, la clave es "conjugar las posibilidades de estabilidad de los temporales, promoción de los fijos y acceso de nuevos trabajadores".
"La universidad tiene menos de la mitad de PAS que las universidades similares", denuncia el representante de UGT, sindicato mayoritario en el colectivo, Miguel Henares. A esa escasez hay que sumar el desequilibrio en la plantilla, cuyo rasgo más evidente es la falta de personal técnico y de laboratorio. "Queremos ser punteros en investigación, pero no hay personal para ello", critica Henares. El equipo rectoral, que comparte esa preocupación, ha contratado en 2006 más técnicos temporales y ha impulsado la plantilla de referencia, un instrumento de planificación que analiza las necesidades de personal en cada área.
Gomendiurrutia cree que "hace falta una plantilla consolidada y estable, antes de proceder a una reestructuración que permita cubrir las necesidades más urgentes". Jesús Martín, técnico informático temporal, considera que el principal ajuste tiene que ser reforzar áreas en épocas como los periodos de matriculaciones, cuando, a pesar de las contrataciones eventuales, "el personal administrativo está saturado".
El alumnado es el núcleo de la universidad, y el personal docente e investigador se lleva el prestigio y el reconocimiento social: el tercer estamento pasa inadvertido. Los estudiantes no tienen claro qué es el PAS y entre los puestos que incluye apenas reconocen el de conserje y administrativo. Jesús Martín, que además de PAS es estudiante de Física, reconoce que, "siendo alumno, uno no sabe todo el personal que hace falta para que todo funcione". "Sostenemos la estructura administrativa y de servicios, pero no somos ni conocidos ni reconocidos", resume Begoña Juaristi. Gomendiurrutia, que recuerda que el PAS "no se compone de estrella,s sino que hace que todo esté bien sin que se note", demanda "un respeto global, una dignificación de las funciones, para que nadie se sienta ni más ni menos".
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