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Reportaje:Elecciones presidenciales en Francia

Royal, el mensaje es el cambio

Los socialistas quieren una campaña centrada en el empleo, la educación, el medio ambiente... y Sarkozy

Guillermo Altares

"Se puede conseguir. Ahora se abre una nueva campaña". Con estas palabras resumió ayer Ségolène Royal el espíritu con el que se enfrentará a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, en las que parte con una desventaja de cinco puntos con respecto al conservador Nicolas Sarkozy. Horas después de que se conociesen los resultados de la primera vuelta, en la sede parisiense del Partido Socialista (PS) se dibujaba la estrategia para las próximas dos semanas: Royal representa el cambio, mientras que Sarkozy, que ha sido ministro de Economía y del Interior en el Gobierno saliente, es la continuidad.

"Lo importante es dejar claro lo que no ha hecho. Es el candidato de la inseguridad y del desempleo y Ségolène representa un cambio con respecto a todo esto", manifestaba anoche a este diario la diputada socialista Elizabeth Guigou, ex ministra de Asuntos Europeos y de Justicia. "Es una segunda campaña en la que la victoria es posible".

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"El PS cuenta con importantes reservas de votos para la segunda vuelta. Están los sufragios más a la izquierda y también bastantes electores que optaron por François Bayrou. Es esencial dejar claro cuál es nuestra concepción de Francia y el mundo y destacar que Ségolène Royal representa el cambio", explicó Guigou, uno de los muchos dirigentes socialistas que anoche se encontraban en la sede del PS trabajando en el primer día de la nueva campaña.

"El empleo, la educación y la ecología serán los grandes temas", explicó ayer el primer secretario del PS, François Hollande, compañero sentimental de Royal y padre de sus cuatro hijos. Hollande aprovechó la rueda de prensa que durante la campaña electoral se celebra todas las mañanas en la sede de su partido para perfilar las dos grandes ideas para el 6 de mayo: Sarkozy es el candidato de la mayoría saliente y Ségolène representa el voto por el cambio.

Las especulaciones en torno a las cifras y a las posibilidades de victoria eran constantes en la sede socialista aunque, como ha recordado el veterano Jack Lang, en política "dos más dos no siempre suman cuatro". Por lo pronto, los dirigentes del PS dan por descontados los votos de los seis candidatos a la izquierda de Royal, que han anunciado su apoyo, lo que lleva a la candidata al 39%. El resto es incertidumbre.

Un dirigente socialista, Pascal Popelin, explicaba a un corrillo de periodistas que, en el fondo, sólo un 31% de los electores han apoyado "al proyecto del Gobierno que representa Sarkozy, porque es evidente que es el candidato de la continuidad". "Ségolène debe mantener su mensaje, demostrar que representa un modelo de sociedad coherente". La capacidad para pescar votos en el centro o para mantener la movilización del electorado de izquierdas, jugando con el Todo menos Sarkozy que ha logrado concentrar bastante voto útil en torno a Ségolène, son caminos obvios, aunque los dirigentes socialistas insistían en la necesidad de mantener el rumbo. Preguntado sobre la eficacia del Todo menos Sarkozy -en la noche electoral muchos jóvenes llevaban pegatinas con ese lema-, Hollande insistió en que pretendían hacer una campaña en positivo. Aunque luego agregó con una sonrisa: "Hay una cosa obvia, la primera consecuencia de una victoria de Royal es que Sarkozy no habrá sido elegido".

Fotomontaje con los candidatos Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal.

Principales promesas electorales

La batalla por la presidencia de Francia continúa. Tras pasar a la segunda vuelta, Nicolas Sarkozy, candidato de la Unión por un Movimiento Popular, y Ségolène Royal, candidata del Partido Socialista, se preparan para la ronda definitiva. Éstas son las principales propuestas de los contendientes para atraer el voto de los franceses. En la columna de la izquierda, las de Sarkozy, y en la columna de la derecha, las de Royal.

EMPLEO Y SALARIOS

Creación de un contrato de trabajo único y más flexible.

Introducción del despido acordado.

Eliminar la ley de las 35 horas de trabajo semanales.

Ha prometido que la economía francesa alcance el pleno empleo (es decir, una

tasa de paro inferior al 5%) en cinco años.

Incremento del salario mínimo de 1.000 a 1.500 euros brutos al mes en cinco años.

Reformar la ley de 35 horas semanales.

Creación de un contrato para los jóvenes no cualificados que buscan su primer empleo, subvencionado por el Estado.

Garantía de un 90% del salario durante un año tras la pérdida del empleo.

FISCALIDAD, FINANZAS DEL ESTADO

Bajada de impuestos valorada en 15.000 millones de euros.

Sustitución de sólo uno de cada diez funcionarios que se jubilen.

Reforma del impuesto sobre la renta.

Impuesto de sociedades variable en función de cómo las empresas reinviertan el beneficio.

Creación de una tasa verde que grave las actividades contaminantes.

INMIGRACIÓN

Creación del Ministerio de Integración e Identidad Nacional.

Restricciones al reagrupamiento familiar.

Regularización automática para los extranjeros que hayan residido más de 10 años en Francia.

La regularización se vinculará a la escolarización de los hijos y a un contrato de trabajo.

SUBURBIOS

Discriminación positiva en el mercado laboral a favor de las minorías étnicas.

Plan de formación para los jóvenes que vivan en barrios conflictivos.

Sanciones para los padres que incumplen sus obligaciones.

Ayudas a los jóvenes para que creen empresas.

Campos de reeducación para los pequeños delincuentes.

Vuelta de la policía de proximidad.

EUROPA

Nuevo tratado constitucional simplificado que será ratificado por el Parlamento francés.

Un nuevo tratado constitucional reforzará los temas sociales y será sometido a referéndum en 2009.

INSTITUCIONES

Incrementar los poderes del Parlamento.

Limitar los mandatos presidenciales a dos legislaturas de cinco años cada una.

Limitar el número de ministros en el Gobierno (hasta un máximo de 15 titulares).

Referéndum para una VI República.

Incrementar los poderes del Parlamento e introducción la proporcionalidad.

Gobiernos de 15 miembros y creación de unos "jurados ciudadanos" que juzguen el trabajo del Ejecutivo.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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