Sarkozy, la estrategia de la víctima
El candidato conservador mantiene su discurso duro y se pregunta: "¿Por qué me odian tanto?"
Nicolas Sarkozy, el candidato de la derecha francesa, desveló ayer gran parte de la estrategia que va a emplear en esta segunda vuelta de la campaña presidencial que le enfrenta a la socialista Ségolène Royal: ofrecerse como víctima de una campaña orquestada por la izquierda contrada en su personalidad.
Sin cambiar ni un ápice su discurso duro, áspero, directo, sin complejos, y sólo insistiendo de vez en cuando en que está dispuesto a proteger a los débiles, Sarkozy justificó ayer ante un público entregado en Dijon, la capital de la Borgoña, cada una de sus polémicas medidas o iniciativas respecto a la inmigración, la delincuencia, la identidad nacional o el rigor en lo moral. Y lo hizo preguntando una y otra vez: "¿Por qué tanto odio?", y desgranando a continuación la lista de sus más polémicas propuestas.
"A un gamberro le llamo gamberro y a la escoria la llamo escoria", dice Sarkozy
"¿Por qué tanto odio si yo digo que no hay sociedad sin autoridad?", preguntó, por ejemplo. "Tal vez este odio viene porque quiero que la policía haga su trabajo, que detenga a los delincuentes, que investigue a los gamberros. Sí he comprendido por qué tanto odio. Porque a un gamberro le llamo gamberro y a la escoria la llamo escoria", dijo en referencia al calificativo de racaille que aplicó a los jóvenes de las barriadas y que contribuyó al estallido del otoño de 2005.
Con esta pirueta retórica, asumiendo el papel de víctima de una izquierda que cierra en su opinión los ojos a la realidad social, el ex ministro de Interior Sarkozy ha descubierto un arma bastante efectiva que, manteniendo el fondo de su discurso, el que le ha llevado a robar muchos votos a la extrema derecha de Jean-Marie Le Pen, le permite contrarrestar el único peligro real que podría dejarle fuera del palacio del Elíseo: la cristalización de un frente bautizado TSS (Tout sauf Sarko, Todo salvo Sarkozy) que se alimentaría del miedo al personaje, no tanto a sus convicciones políticas ni a su programa, sino por su carácter agresivo, inestable y peligroso, a decir de sus críticos.
Por lo demás, este modelo victimista le permite insistir en todas las cuestiones de fondo de su programa electoral. "Las 35 horas", dijo ayer refiriéndose a la semana laboral adoptada por el Gobierno socialista de Lionel Jospin, "no sólo son un error económico, sino también una regresión social que los franceses han pagado con la pérdida de su poder adquisitivo y un escaso crecimiento económico".
"El asistanato [un término que descalifica la supuesta práctica de vivir del Estado sin trabajar] es degradante para la persona", señaló refiriéndose a su proyecto de reducir las prestaciones sociales. "Quien recibe dinero del Estado debe realizar una actividad de interés general y las ayudas sociales deben de estar siempre por debajo de cualquier salario".
Sarkozy rechaza el asistanato, el "igualitarismo", el "laxismo" frente a la inmigración, pero tampoco renuncia a recoger votos de todo el espectro político. "No hay un pueblo de derechas y uno de izquierdas. Para mí sólo hay un pueblo, el pueblo de Francia. No vamos a elegir un presidente de la Francia de derechas o el de la Francia de izquierdas, la República es lo contrario del sectarismo, lo contrario de la intolerancia".
Principales promesas electorales
La batalla por la presidencia de Francia continúa. Tras pasar a la segunda vuelta, Nicolas Sarkozy, candidato de la Unión por un Movimiento Popular, y Ségolène Royal, candidata del Partido Socialista, se preparan para la ronda definitiva. Éstas son las principales propuestas de los contendientes para atraer el voto de los franceses. En la columna de la izquierda, las de Sarkozy, y en la columna de la derecha, las de Royal.
EMPLEO Y SALARIOS
Creación de un contrato de trabajo único y más flexible.
Introducción del despido acordado.
Eliminar la ley de las 35 horas de trabajo semanales.
Ha prometido que la economía francesa alcance el pleno empleo (es decir, una
tasa de paro inferior al 5%) en cinco años.
Incremento del salario mínimo de 1.000 a 1.500 euros brutos al mes en cinco años.
Reformar la ley de 35 horas semanales.
Creación de un contrato para los jóvenes no cualificados que buscan su primer empleo, subvencionado por el Estado.
Garantía de un 90% del salario durante un año tras la pérdida del empleo.
FISCALIDAD, FINANZAS DEL ESTADO
Bajada de impuestos valorada en 15.000 millones de euros.
Sustitución de sólo uno de cada diez funcionarios que se jubilen.
Reforma del impuesto sobre la renta.
Impuesto de sociedades variable en función de cómo las empresas reinviertan el beneficio.
Creación de una tasa verde que grave las actividades contaminantes.
INMIGRACIÓN
Creación del Ministerio de Integración e Identidad Nacional.
Restricciones al reagrupamiento familiar.
Regularización automática para los extranjeros que hayan residido más de 10 años en Francia.
La regularización se vinculará a la escolarización de los hijos y a un contrato de trabajo.
SUBURBIOS
Discriminación positiva en el mercado laboral a favor de las minorías étnicas.
Plan de formación para los jóvenes que vivan en barrios conflictivos.
Sanciones para los padres que incumplen sus obligaciones.
Ayudas a los jóvenes para que creen empresas.
Campos de reeducación para los pequeños delincuentes.
Vuelta de la policía de proximidad.
EUROPA
Nuevo tratado constitucional simplificado que será ratificado por el Parlamento francés.
Un nuevo tratado constitucional reforzará los temas sociales y será sometido a referéndum en 2009.
INSTITUCIONES
Incrementar los poderes del Parlamento.
Limitar los mandatos presidenciales a dos legislaturas de cinco años cada una.
Limitar el número de ministros en el Gobierno (hasta un máximo de 15 titulares).
Referéndum para una VI República.
Incrementar los poderes del Parlamento e introducción la proporcionalidad.
Gobiernos de 15 miembros y creación de unos "jurados ciudadanos" que juzguen el trabajo del Ejecutivo.
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