Corazón de fiera

El protagonista de esta historia es un perro. Mitad lobo, mitad san bernardo, mitad adorable mascota mitad fiera sangrienta. Su nombre: Colmillo Blanco, el mismo que da título a la novela escrita por Jack London (1876-1916) en 1903.

¿La fiera nace o se hace? ¿Un tierno y noble animal puede convertirse en una odiosa y descarnada bestia? De esto habla esta historia, de la relatividad del bien y del mal, de cómo influyen el amor y la muerte en el instinto. Cuando el odio y el maltrato se imponen, cuando la humillación y los golpes son el pan de cada día, despierta la fiera que cada cual tiene dentro. Esto es lo que le pasa al héroe de esta historia, pero lo que Jack London escribió no sólo se aplica a los lindos perritos.

Esta novela habla de animales y de hombres, de cómo la furia y el instinto asesino pueden cegar y arrasar con todo cuando se pierde lo que más se quiere. Los dibujos de Cristina Picazo dan vida a esta nueva adaptación de Nuria Ochoa.

La codicia del hombre y la fiebre del oro que arrastró a miles a la desesperada búsqueda de pepitas doradas es el telón de fondo de este cuento. Así, Colmillo Blanco es robado y vendido, trasladado desde un confortable hogar en el norte de California hasta la remota Alaska. Allí trabaja duramente y cambia de propietario una y otra vez hasta que John Thorton se hace cargo de él. El amor que recibe de su nuevo amo permitirá a Colmillo Blanco sacar lo mejor que lleva dentro de sí. Pero éste no es ni mucho menos el fin de su historia.

La vida de Jack London también estuvo marcada por constantes cambios y vaivenes. Creció en San Francisco junto a su madre, una profesora de música, y su padrastro, de quien adoptaría su apellido. Prácticamente autodidacto, London se formó en una biblioteca pública y trabajó duramente para poder llegar a la Universidad de California. Antes de llegar allí cumplió duras jornadas de 14 horas de trabajo diario en una planta de conservas, se convirtió en un pescador furtivo de ostras, formó parte de las patrullas que vigilaban la costa y se embarcó en una goleta que le llevó hasta Japón.

Aventurero y osado, London llegó a escribir más de 40 historias y fue uno de los primeros en conseguir vivir de su pluma. Fiero como su mítico Colmillo.La novela habla de cómo la furia y el instinto asesino pueden cegar y arrasar con todo