300 personas tienen lipoatrofia muscular en Barcelona

"Hace un año que tengo algo parecido a dos incisiones en los muslos, pero hasta hace un mes ningún médico supo decirme que era lipoatrofia. No duele pero no resulta nada agradable". Es el testimonio de Sandra (nombre supuesto de una trabajadora de la torre Agbar de Barcelona). Ella es una de los 300 afectados por esta dolencia, de acuerdo con las cifras que los sindicatos han registrado en oficinas de la capital catalana.

Descubierta a principios de marzo en la recién estrenada sede corporativa de Gas Natural, la lipoatrofia semicircular es una afección indolora que implica pérdida de parte de tejido adiposo (graso) en las piernas y ocasionalmente en los brazos y afecta sobretodo a mujeres.

Sandra la detectó en marzo de 2006, tres meses después de empezar a trabajar en el fastuoso edificio de oficinas diseñado por el prestigioso arquitecto Jean Nouvel. "A temporadas, parecía que los hoyuelos remitían. Pensé que se debía a que había engordado un poco, puesto que coincidía con épocas de vacaciones", relata. No pisaba el edificio, claro.

Los expertos asocian la lipoatrofia a la conjunción de dos factores: la acumulación de campos de energía estática y la sequedad del ambiente. Afecta a las mujeres porque tienen más tejido adiposo en las piernas. "Pero una compañera que está delgadísima también la padece e incluso un conocido super fibroso que trabaja en Gas Natural", añade Sandra.

La empresa gasista es la que más casos padece de lipoatrofia, 230, según datos actualizados ayer por la compañía, que a primeros de marzo tuvo que mandar 165 trabajadores a casa. Los sindicatos contabilizan ya alrededor de 300 en Barcelona. Además de las anteriores y de una veintena en la Torre Agbar -Aguas de Barcelona sólo reconoce uno-, se han detectado otra decena en el edificio del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) de la Generalitat, en la Zona Franca.

La Caixa elevó ayer a 64 los afecciones en distintas oficinas de varias comunidades autónomas, por lo que la entidad descarta que el problema tenga su origen exclusivamente en las torres negras, como se conocen a los dos edificios de la sede central de la caja de ahorros.

El Gobierno catalán, cuyos técnicos inspeccionarán hoy la sede de La Caixa, está recabando información para crear protocolos de actuación y guías específicas para que las empresas puedan atajar la dolencia.