La juez pide al fiscal que decida si para las obras de Abandoibarra
Toxicología solicita un estudio epidemiológico entre los vecinos por las tierras contaminadas
La juez que investiga el traslado de tierras tóxicas desde el área de Abandoibarra, en Bilbao, ha pedido a la Fiscalía que decida si es necesario paralizar las obras y la elaboración de un estudio epidemiológico entre los vecinos de la zona. Este estudio ha sido reclamado por el Instituto Nacional de Toxicología, que ha certificado la existencia de elevadas concentraciones de cadmio, arsénico, plomo, cinc y cobre. El Gobierno asegura que el área está limpia.
Los tribunales estudian desde junio de 2004 la existencia de suelos contaminados en Abandoibarra, la zona de expansión urbanística de Bilbao, y en concreto en el área donde se ubicarán viviendas, jardines y la torre que albergará la nueva sede de Iberdrola. El colectivo ecologista Lur Maitea presentó una demanda por un presunto delito contra el medio ambiente en el traslado de materias tóxicos desde Abandoibarra a una finca rural en la localidad de Zamudio por parte de la constructora Enrique Otaduy.
Los ecologistas presentaron entonces dos informes técnicos elaborados por las empresas Idom y Adirondack, que confirmaban la existencia de diez productos tóxicos, como arsénico, cadmio, cromo, mercurio, plomo, cinc y sulfuros. En noviembre de 2004, el Instituto Nacional de Toxicología certificó que el solar de Abandoibarra superaba hasta diez veces los niveles tolerables establecidos por el Gobierno para la presencia de cadmio. Esta entidad confirmó los problemas de toxicidad en el suelo en otro informe en 2005. En diciembre de 2006, hubo un nuevo estudio sobre los vertederos de Zamudio donde se depositaron las tierras, en el que las muestras, tomadas a más de 30 centímetros de profundidad, revelaban también altas concentraciones de cadmio, arsénico, cobre, cinc y plomo.
Toxicología elaboró otro estudio, el pasado 28 de febrero, pedido por la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Bilbao, Arantzazu Otiñano. La magistrada quería saber si estas concentraciones de materiales tóxicos "puede suponer o supuso un grave riesgo o hipotético peligro para la salud de las personas". El Instituto de Toxicología señala que el arsénico encontrado está por encima de lo "adecuado para la protección de la salud humana" y no es apto "ni para un parque público, uso urbano, un área de juego infantil, ni siquiera para uso industrial". Asegura que esta sustancia provoca diferentes tipos de cáncer.
Por ello, responde a la juez que "es necesaria" una evaluación de riesgos, incluyendo "estudios epidemiológicos de la población próxima a su ubicación" Los informes de Toxicología contradicen los enviados a la magistrada por la sociedad pública ambiental Ihobe, que concluye que el suelo de Abandoibarra "es apto para el uso urbano previsto", según señala un escrito del pasado 20 de febrero firmado por la directora de Calidad Ambiental, Begoña Iriarte.
La titular del juzgado número 3 de Bilbao, que en marzo dio por cerrada la instrucción, establece, en una providencia dictada el pasado día 4, que se traslade a la Fiscalía el informe de Toxicología y que aquella decida si es "necesaria la adopción de medidas cautelares" pedidas por los ecologistas, como la paralización de las obras de Abandoibarra.
En la misma providencia solicita a las empresas que participaron en la excavación en Abandoibarra que esclarezcan dónde han vertido las tierras, ya que en uno de los informes de Ihobe se relata que se han trasladado al vertedero de Zalla, ubicado junto a la papelera. Hasta ahora, Lur Maitea pensaba que los materiales habían sido sólo llevados a la finca rural de Zamudio.
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