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Eurolatón consigue licencias de plantas en tres continentes pero no en Galicia

La compañía abre centro de distribución en Alemania por carecer de permisos en Caldas

El líder español en producción de manillas y picaportes para puertas lleva siete años esperando la concesión de las licencias para su factoría y sede central en Caldas de Reis (Pontevedra). En el mismo tiempo ha conseguido todos los permisos de la pesada burocracia china para abrir cuatro fábricas, ha obtenido licencias de obra con la exigente administración alemana y hasta ha logrado todos los permisos con el turbio funcionariado mexicano. El viernes inauguró en Colonia (Alemania) un centro robotizado de distribución que hubiese construido en Caldas si sus instalaciones estuviesen en regla.

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Carlos Pérez Padrón, el presidente y accionista mayoritario de Eurolatón, quiere potenciar su factoría y sede social en Caldas de Reis pero no puede. Desde que abrió en 2000, fábrica y oficinas están en precario, sin licencia de construcción. Es el típico problema de falta de suelo industrial calificado, eternas tramitaciones de los planes urbanísticos, en los que el empresario tira para adelante con la palabra de las autoridades de que harán la vista gorda y que resolverán el problema el mes que viene. "En Galicia recibes buenas palabras y nada más. No queremos más de la Administración,... que nos dejen trabajar es suficiente", indica Pérez Padrón.

Así lleva siete años. Eurolatón tiene preparada una importante inversión para robotizar su centro de distribución de Caldas, así como para introducir nueva maquinaria de producción de manillas y herrajes para puertas en su planta pontevedresa. "No podemos arriesgarnos a meter más dinero aquí mientras estemos en precario", explica el presidente de la empresa, uno de los jóvenes empresarios gallegos más conocidos por su audacia internacionalizadora.

Eurolatón mantiene ("mientras no nos echen") su sede social y administrativa, así como sus departamentos de diseño y márketing, en una moderna nave situada junto a la carretera que une Caldas de Reis con Pontevedra. La planta no sólo carece de licencia, tampoco tiene suministro de gas natural, ni buenas conexiones de Internet o electricidad.

"En Colonia hemos conseguido, en tres meses, licencia con buena conexión por carretera, gas, y alta velocidad de Internet", señala Pérez. De hecho a Colonia se ha ido la inversión que Eurolatón tenía previsto para Caldas: un centro logístico automatizado para distribuir juegos de manillas y grifos en toda Europa. La planta de Colonia fue inaugurada esta semana, al igual que un centro logístico en Querétaro (México), base de distribución en Latinoamérica y Estados Unidos.

De Caldas al mundo

Carlos Pérez Padrón (Vilagarcía, 1961) compró la mayoría del capital de Eurolatón en 1998 a una firma portuguesa. Cuando la empresa estaba al borde de la quiebra, en 2000 se le ocurrió iniciar negociaciones para fabricar sus productos en China y empezar a ser competitivo. En seis años se ha convertido en uno de los empresarios españoles con industrias más grandes en China, donde emplea a más de 1.500 personas.

Pero Eurolatón, además de su sede social, mantiene al grueso de sus cuadros directivos en Galicia "y lo que nos gustaría es poder mantener aquí la cabecera de nuestro negocio".

En 1998, cuando Pérez Padrón compró la empresa, Eurolatón (también conocida como Tivometal) apenas facturaba 3 millones de euros. Hoy su cifra de negocio va camino de los 40 millones de euros, con una plantilla de 1.700 empleados en su mayor parte operarios de sus plantas de producción en China.

Sus planes de negocio continúan siendo expansivos, con la intención de convertirse en el líder mundial en venta de manillas para puertas y también en grifería. Tras la apertura de centros de distribución en Alemania y México, Eurolatón está estudiando su entrada en Polonia, Argentina y Francia, sus destinos más inmediatos.

De la puerta al baño

Uno de los nuevos negocios en los que Eurolatón ha depositado mayores expectativas es en la producción y venta de grifería para baños. La firma inició la producción en pruebas hace año y medio en su planta de Yu Huan y, de momento, ha logrado una penetración testimonial y una facturación de 600.000 euros.

"Nuestra estrategia es diversificar en mercado y en productos, siempre dentro del negocio del latón y el acero inoxidable, para manillas, cerraduras, grifos y productos similares", explica Pérez Padrón.

Eurolatón ha desarrollado también un producto propio de alta tecnología que consiste en cerraduras para puertas de viviendas que abren a través de la huella digital. "Lo probamos, la tecnología funciona pero,... aún somos una empresa demasiado pequeña para introducir mundialmente un nuevo producto en el mercado", relata el propietario de Eurolatón.

Sin embargo, el objetivo de la compañía, desde su inversión en China, es la de ser el número uno mundial en producción de manillas. "Creo que es un objetivo alcanzable y, con la progresión que llevamos, todo indica que en diez años podríamos estar disputando el liderazgo mundial en nuestro sector", opina Pérez Padrón.

Con la internacionalización, Eurolatón no sólo ha perdido el complejo a fabricar fuera, sino que también ha aprendido a producir mejor. "Alemania nos ha enseñado mucho, y también Estados Unidos, sobre todo en abordar sistemas de producción homologados, en calidad, en rigor de producción", señala Pérez Padrón.

La sede de Caldas de Reis es, además del centro administrativo y de negocio de la empresa, una factoría de producción de manillas y grifos y un centro de distribución para España. Cuenta con 48 empleados, a los que se suman acuerdos con colectivos de discapacitados de la comarca para el empaquetado de los productos.

"Invertimos todo lo que da la empresa en el desarrollo industrial de la propia empresa. No lo digo como queja, ni como presión, pero nos gustaría potenciar nuestras instalaciones en Galicia y disponer aquí de un centro moderno y avanzado", explica el presidente de Eurolatón, quien con frecuencia se ve obligado a suspender presentaciones por videoconferencia con sus clientes por fallos en la línea de conexión a Internet.

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