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Reportaje:

Un tesoro entre matorrales

Aranzadi halla 1.700 restos líticos prehistóricos en lo que será el gran parque de Ametzagaina

Entre vertidos indiscriminados, huertas clandestinas y rebeldes matorrales, el monte Ame-tzagaina de San Sebastián, que en tres años y medio se convertirá en en un parque de 39 hectáreas, guardaba un pequeño tesoro. Gracias al aviso de un vecino, la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha localizado allí, al aire libre, el yacimiento prehistórico más antiguo de la ciudad. En él vivieron grupos de humanos dedicados a la caza al principio del Paleolítico Superior, en un período comprendido entre 27.000 y 22.000 años antes de Cristo.

El equipo de arqueólogos encabezado por Jesús Tapia ha recuperado 1.700 restos líticos de sílex, la mayoría de los cuales pertenece a la época gravetiense, utilizados por aquellos cazadores. "Indudablemente, estos vestigios estarían acompañados por multitud de restos de fauna o de artefactos hechos en hueso, piel u otros materiales perecederos, que han desaparecido", explicó ayer Tapia, durante la visita organizada por el alcalde, Odón Elorza, al yacimiento y al futuro parque.

Y es que este prehistórico enclave tiene dos peculiaridades. Por un lado, es el lugar de ocupación humana más antiguo encontrado en San Sebastián. Por otra parte, se trata de uno de los pocos yacimientos al aire libre en los que habitaron seres humanos de nuestra misma especie en un periodo "bastante frío".

Pero el hecho de estar a la intemperie, en contra de lo que ocurre con las cuevas, hace más difícil la conservación de los restos. "Sólo hemos podido recuperar industria lítica, aquellas herramientas que se realizan en piedra y que siguen una forma más o menos pautada a lo largo de la prehistoria. Eso nos permite distinguir diferentes periodos y estilos culturales dentro de los modos de vida del hombre del Paleolítico Superior", subrayó Tapia.

La colina donde se han hallado estos vestigios quedará integrada en el parque de Ametzagaina, que se convertirá en el más grande de la ciudad. Hace un mes comenzaron las obras de la primera fase, que abarca siete hectáreas y cuenta con un presupuesto de dos millones de euros. Los trabajos permitirán habilitar una zona de merendero y una gran pradera verde en forma de cráter, donde los visitantes podrán pasear protegidos del viento y del ruido de la cercana carretera. Elorza espera que pueda abrirse al público el próximo mes de junio. Luego vendrán otras tres fases. El proyecto concluirá en 2010, tras una inversión total de once millones.

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