La voz castellana de Woody Allen
Joan Pera ha hecho una prueba para participar en la nueva película del cineasta al que dobla
Desde hace 20 años, el actor Joan Pera (Mataró, 1948) es el doblador oficial de Woody Allen en castellano y catalán. Actor de teatro "desde que tengo uso de razón", Pera es conocido en España por prestar su voz al cineasta. Hace algún tiempo, durante una de sus visitas a Barcelona, Allen pidió conocerle. "Fue extraordinario que me agradeciera mi trabajo. Dice que le hace parecer más héroe de lo que es en realidad", recuerda. Pera no para de documentarse sobre Allen, con quien comparte un físico menudo y una notable hipocondría. "A veces me piden que le imite y la verdad es que no sé qué voz tiene. Pero creo que si coincidimos tanto es por una cuestión de actitud ante las situaciones", asegura.
Estos días, Pera anda un poco atosigado. Hace una semana hizo un casting para la película que Woody Allen rodará en Barcelona en verano. Desde que la noticia se hizo pública, su teléfono no descansa y él tampoco. La fama no le ha venido de nuevas: incombustible del teatro autóctono, lleva años llenando salas. También ha trabajado a menudo en la televisión. Pero teme que las cosas se salgan ahora de madre. "Se ha dicho que Allen me ha ofrecido un papel y no es exactamente así. Sólo he hecho una prueba. Además, en caso de que me cogieran, sería para un papel pequeño y mudo, porque no sé inglés", afirma. "Yo nunca me habría atrevido a pedir una prueba, aunque me alegro mucho de haberla hecho y por supuesto me encantaría estar en la película. De todas formas, si no sale no pasa nada".
Tras la muerte del primer doblador de Allen en castellano, Miguel Ángel Valdivieso, Pera se sumó a los candidatos a sustituirle. "Fui de los últimos en presentarme a las pruebas, y tras ver el resultado pensé que, de estar en el lugar de Allen, me cogería para el trabajo". Y así fue. "No es fácil doblarle. Tiene una manera de hablar rara, quiebra las entonaciones a mitad de frase, y es un reto porque tienes que encajarlo, aunque lo cierto es que, tras visionar cada secuencia 20 o 30 veces, suele salir a la primera", cuenta este admirador confeso del cineasta y del actor. "Sus personajes son muy creíbles, porque lo que les ocurre te podría estar pasando a ti. Y esto liga mucho con mi manera de actuar en el teatro. Cuando salgo al escenario, la gente aplaude y ríe porque me sienten muy próximo a ellos".
Con la misma sinceridad, Pera admite que no alberga demasiadas esperanzas de entrar en Hollywood de la mano del realizador. "Si debiera juzgar por el casting que hice la semana pasada, yo no me cogería para el papel, aunque también Woody Allen dice que de haber tenido que hacer castings, no habría sido actor porque se pone muy nervioso", confiesa.
Sin embargo, cuando se pone delante del micrófono en la sala de doblaje, la seguridad y el carisma se ponen de su lado. "Para ser un buen doblador hace falta una buena voz, dominio del idioma para poder estirar o acelerar las frases sin forzarlas, una buena retentiva, una buena interpretación o una buena imitación de la interpretación. Y todo esto se puede resumir en dos virtudes: que seas eficaz y que estés disponible", resume.
Pera ha prestado su voz a decenas de actores. Pero, paradojas del oficio, su éxito conseguido como doblador de Woody Allen le ha limitado la posibilidad de hacer otros protagonistas para evitar distracciones del público -"todo el mundo veía a Woody Allen"-. Roward Attkinson, Mr. Bean, es una de las escasas excepciones "porque tiene una voz muy diferente". Ahora se dedica a dirigir doblajes y, por supuesto, a llenar teatros. Es el protagonista de la comedia Òscar. Una maleta, dues maletes, tres maletes, a las órdenes de Abel Folk, que se representa en el teatro Condal de Barcelona, y tiene un papel en el serial que entretiene las sobremesas de TV-3.
Babelia
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