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Reportaje:Las dos caras de la vivienda en Madrid

Ana y Pedro ya tienen casa

Las 139 últimas VPO, de entre 87.000 y 135.000 euros, ahorran energía y contaminan menos

Pilar Álvarez

La botella de sidra abierta sigue en la terraza. "Ayer vinimos con la familia a celebrar que tenemos casa", explica el jueves con las manos llenas de pintura Pedro Gracia, de 33 años. Acaban de entregarle las llaves de su piso, al que se mudará en junio con su novia, Ana Vivar. "¿Queréis pasar a verlo?.

Adelante". Pasillo, cocina, salón con terraza -es un bajo pero entra mucha luz-, un baño y dos habitaciones. Los 70 metros cuadrados de VPO en el Ensanche de Vallecas (Villa de Vallecas) están vacíos, salvo su cuarto, que pintan de azul con ayuda de los cuñados. Posan y bromean entre plásticos y brochas. Están felices.

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"Es mejor que una lotería", explica Ana con un brillo en sus ojos azul cristalino. Lleva el pelo cubierto por un pañuelo de Snoopy para no mancharse con la pintura. Tiene 31 años y la carrera de Empresariales terminada, pero sorprende con un "¡ojalá!" a la pregunta de si es mileurista. Su sueldo de administrativa raspa los 800 euros. Él gana algo más de 1.000. Han esperado años este momento. Cada uno en casa de sus padres. Dan el perfil del vecino medio de la promoción entregada el miércoles por el Ayuntamiento: menores de 35 años que vivían de alquiler o en familia.

Después de tres rifas

La pareja participó en tres sorteos antes de que les tocara el piso en 2005. Y esperaron dos años más a que les dieran las llaves. Vivirán en una urbanización blanca del proyecto Sunrise, una iniciativa de la Unión Europea para hacer casas que ahorren más y contaminen menos.

Son 139 "viviendas energéticas" -más dos locales comerciales y 141 plazas de garaje-. La promoción, que ha costado 11,6 millones de euros subvencionados con fondos europeos, tiene placas solares que generarán hasta el 75% del agua caliente que necesiten sus inquilinos. Los grifos y las cisternas están preparados para reducir el consumo. La factura saldrá más barata.

De momento, la casa de Ana y Pedro carece de agua corriente y aún no pagan recibos, así que lo que más les impresiona son los acabados -tarima flotante y pomos metálicos-, y la puerta corredera entre la cocina y el salón.

Es "un sueño", según Ana, por el que pagarán menos de 500 euros al mes hasta completar los 120.000 que cuesta. El más barato de la promoción, de una habitación, cuesta 87.254 euros. El más caro, con cuatro dormitorios, sale por 135.463.

Albert Grigoryan y Alla Mkrtchyan -una pareja armenia de 34 y 32 años- estuvieron a punto de pagar casi el doble. Un día antes de dar la señal de un piso de 240.000 euros, les avisaron de que quedaba una vivienda en la promoción. Estaban en la reserva. Y les ha tocado un piso en la segunda planta. También están de fiesta: "¿Quiere un trozo de tarta?", ofrece ella en la entrada. "En mi país es costumbre mojar el piso antes de estrenarlo". Una docena de amigos brinda en el salón. Tendrán casa propia tras ocho años de alquiler.

La pareja vivirá con los padres de Alla y con sus dos hijos. A los niños les encanta el patio interior. También podrán jugar en el bulevar de la Naturaleza, un parque al final de la calle con medio kilómetro de longitud. Tiene tres cilindros huecos, los "árboles de aire". En el primero, el árbol mediático, habrá una red wifi gratuita para Internet. El árbol lúdico incluye columpios de material reciclado. El climático será capaz de rebajar 10º la temperatura ambiente, según el panel informativo. La vida está por ahora en el edificio Sunrise, donde todo son carreras. Como la de Narciso García, que intenta colar un sofá por el portal. Con 57 años, mujer y dos niñas, le sonrió la suerte en su primer sorteo.

El que más corre es Felipe García, de 41 años. El casero le perdona el alquiler de abril si sale pronto de su piso en Usera. "Me ahorro 800 euros, que no está la cosa para tirar el dinero, ¿no?", afirma sujetando una caja con muebles de la cocina.

Ana Vivar pinta la habitación de su nueva casa con su hermano Carlos.
Ana Vivar pinta la habitación de su nueva casa con su hermano Carlos.ULY MARTÍN
El Bulevar de la Naturaleza, un parque del Ensanche de Vallecas separado por una calle de las nuevas VPO.
El Bulevar de la Naturaleza, un parque del Ensanche de Vallecas separado por una calle de las nuevas VPO.ULY MARTÍN

Un derecho constitucional por sorteo

Imagine que su médico le prescribe un ingreso en el hospital. Cuando va a pedir una cama, la enfermera saca un bombo. Lo gira, pero su número no sale. Y le toca volver a casa. Con este planteamiento, IU Madrid cuestiona que un derecho constitucional dependa de la suerte, como le pasa a mucha gente con la vivienda.

Uno de cada tres pisos que se construyen es protegido, según la Comunidad. Es la tercera capital más cara de España, con 3.728 euros por metro cuadrado de media en un piso privado, según datos del Ministerio de la Vivienda. Frente a estos números, la Comunidad alega que Madrid es la región que más vivienda protegida ha construido en los últimos tres años, con 60.000 casas. Pero muchos esperan años antes de hacerse con una. Sólo en la capital, el Ayuntamiento tiene 21.314 personas en lista de espera. Todos participaron en febrero en un sorteo de 803 viviendas, en el que se otorgó un piso por cada 26 aspirantes. La Comunidad sólo dispone de un listado de menores de 35 años, con 204.000 jóvenes que esperan convertirse en propietarios o inquilinos de uno de los 79.000 pisos del Plan de Vivienda 2005-2008.

Las administraciones pueden evitar los sorteos en casos especiales, pero eso no significa rebajar la espera. Por ejemplo, el Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid (Ivima) tiene una "lista de especial necesidad" para víctimas de violencia de género, personas con minusvalías graves o quienes acrediten que viven de alquiler en condiciones infrahumanas, entre otros. Se les reserva el 10% de cada promoción del Ivima, que en 2007 prevé construir 7.000 pisos, es decir, 700 viviendas para "especial necesidad", de una lista que supera los 10.000 aspirantes.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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