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"Mejor dejar fuera el pim-pam-pum político"

La recogida de basuras y la gestión del agua, la planificación medioambiental y de infraestructuras son, al margen del transporte, los problemas identificados por el Consorcio del Camp de Tarragona en sus cinco años de vida. "Habría que dejar estos asuntos fuera del pim-pam-pum político", advierte Josep Poblet, alcalde de Vila-seca.

El Camp de Tarragona tiene una curiosa historia política detrás. El Gobierno de Josep Tarradellas apostó por la creación de los llamados 21 municipios, una asociación municipal que debía planificar conjuntamente el territorio. La creación de los consejos comarcales que acometió posteriormente el Gobierno de Jordi Pujol terminó con la iniciativa de Tarradellas, que Convergència i Unió (CiU) siempre vio con recelo, como contrapoder de la plaza de Sant Jaume, señalan los socialistas.

Ahora, tras la intentona fallida del Consorcio del Camp de Tarragona, los principales actores del territorio coinciden en que hace falta una renovación en su liderazgo político. "Se tiene que renovar, seguro. Pero ya que nos hemos consorciado, hay que mantenerlo y quizá redimensionarlo", dice la alcaldesa de El Vendrell (Baix Penedès), Helena Arribas (PSC), en un discurso calcado del que defiende Poblet (CiU).

"Todo lo que hay en Barcelona está ya aquí, pero quizá falta alguien para ponerlo de acuerdo", añade Lluís Miquel Pérez. "Mancomunar estos servicios terminará imponiéndose", vaticina Xavier Sabaté.

Sin embargo, en la Cámara de Comercio de Tarragona no confían en los políticos para esta tarea. "Es importante que haya un liderazgo social y económico. No lo podemos dejar en manos de los políticos", señala su presidente, Albert Abelló.

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