Galicia se adelanta al resto de España y emprende la gran reforma de la sanidad

La gran reforma que llevará al sistema sanitario español al siglo XXI comenzará en Galicia. Sindicatos y organizaciones médicas firmaron ayer con la Xunta el primer plan de mejora de la atención primaria que echa a andar en España después de que todas las comunidades pactaran el camino a seguir. Las medidas gallegas, que se aplicarán desde junio, son las únicas que de momento han sido diseñadas conjuntamente por la Administración y los profesionales de la sanidad. El presidente, Emilio Pérez Touriño, cree que los cambios sacarán al sistema sanitario de la "vía sin salida" en la que está.

Médicos condenados a perder el tiempo en papeleos, esperas de meses para hacerse una radiografía, servicios de emergencia colapsados por casos no urgentes. Los sindicatos y colectivos médicos confían en que los grandes males de la sanidad pública empiecen a curarse si se aplica el Plan de Mellora da Atención Primaria, un programa de cambios e inversiones en el que ayer la Xunta y los profesionales implicados estamparon su firma.

El documento detalla y pone fecha a los cambios en el funcionamiento, la dotación de equipos y el incremento de plantillas que sufrirán los centros de salud en los próximos cuatro años. La transformación, que supondrá una inversión de 62 millones de euros, incrementará el número de pruebas que podrá solicitar el médico de cabecera, informatizará las historias clínicas y agilizará la comunicación entre hospitales y ambulatorios.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, confía en que la mejora de la atención primaria redunde en todo el sistema porque es su "eje". Hasta ahora, argumentó el mandatario socialista, se ha cometido el "error estratégico" de dar preferencia a los hospitales. "Esta perversión de la lógica del sistema ha bloqueado y hecho insuficientes los ingentes recursos que se dedicaron a la sanidad en nuestro país", subrayó Touriño, quien cree que "la puerta falsa de las urgencias llevó al sistema a una vía sin salida".

Los sindicatos, vigilantes

La Xunta pretende sacar a la sanidad pública de ese callejón con un plan de reforma de la atención primaria que, según el presidente gallego, va a ser una "referencia" para las demás comunidades autónomas. El acuerdo para poner en marcha la reforma es el fruto de una negociación iniciada en noviembre. Tres mesas de trabajo en las que participaron representantes de la Administración, de los sindicatos y de las asociaciones profesionales acordaron los pasos a dar, que serán supervisados hasta 2011 por una comisión de seguimiento.

Los portavoces de los trabajadores de la sanidad gallega ya han advertido que vigilarán de cerca el cumplimiento de los compromisos adquiridos por la Consellería de Sanidade. Después de las huelgas, manifestaciones y encierros de la pasada semana en demanda de mejoras laborales para parte del personal del Sergas, representantes de los sindicatos comparecieron ayer junto a la conselleira, María José Rubio.

La CIG se mostró "preocupada" por el futuro del personal no médico de los ambulatorios y pidió que antes de fin de año se aclare cómo se aumentará el número de sustituciones de facultativos o la extensión de las consultas a los sábados por la mañana. Comisións Obreiras demanda que se negocien cambios a la atención especializada y advirtió a la conselleira que "mirará de reojo" la aplicación de las medidas. La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos confiesa que se unió al acuerdo "después de pensárselo mucho" y condicionó su firma "a lo que ocurra en los próximos meses" en la aplicación de los cambios.

UGT criticó al anterior Gobierno gallego por "mirar hacia otro lado" cuando se le planteaban los problemas y matizó que el plan de mejora de la atención primaria debe ser sólo "el punto de partida para alcanzar la calidad asistencial que demandan los ciudadanos". "El plan no es un brindis al sol", puntualizó Javier Martínez, representante de la central, "lleva aparejada una memoria económica que, como no podía ser de otra manera, creemos que debería ser mayor".

La Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública aseguró que el pacto pone a Galicia "a la cabeza de todo el Estado" en la mejora del sistema sanitario. La Asociación Galega de Pediatría de Atención Primaria hizo hincapié en la falta de especialistas en medicina infantil y en los elevados cupos de pacientes que debe atender cada pediatra.

La Sociedad Gallega de Medicina General confió en que la comisión de seguimiento del plan consiga concretar aquellas medidas que el plan "deja demasiado abiertas", mientras que la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria echó en falta mejoras en los servicios de urgencias no hospitalarias y en las funciones de los profesionales que trabajan en un centro de salud y que no son médicos.

La conselleira resaltó que la "grandeza" del plan está en el "consenso" con el que se ha diseñado e hizo un llamamiento al "diálogo" en los conflictivos tiempos que vive su departamento. "Por encima de cualquier discrepancia legítima", Rubio aprovechó su discurso ante los sindicatos para pedir que mantengan el "clima de entendimiento" que ha hecho posible la reforma de la atención primaria. El sindicato Omega discrepa con el acuerdo y convoca una huelga para el 10 de abril en los ambulatorios.