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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La atención sanitaria

Los ciudadanos siguen dando un aprobado general alto a la atención que reciben del Sistema Nacional de Salud, ahora gestionado íntegramente por las comunidades autónomas, pero la última oleada del barómetro sanitario muestra una evolución preocupante en la percepción de algunos aspectos de esta asistencia. Siete de cada 10 consideran que el sistema funciona bastante bien, aunque cinco de ellos creen que necesita cambios. La asistencia hospitalaria es la mejor valorada: el 83,5% de quienes han sido ingresados en un hospital público afirman que la atención recibida ha sido buena o muy buena, mientras que el 11% considera que ha sido entre regular y muy mala. En atención especializada extrahospitalaria, en cambio, este porcentaje se eleva hasta un alarmante 17,1%.

Los usuarios valoran con notas altas la competencia de los profesionales y el nivel tecnológico de los centros, pero la puntuación cae de forma muy significativa en los aspectos de organización y muy particularmente los tiempos de espera para el diagnóstico y las intervenciones quirúrgicas, lo cual significa que sigue sin resolverse el eterno problema de descoordinación entre niveles asistenciales. Estos problemas parecen ser la causa por la que aumenta el porcentaje de quienes, si pudieran elegir, optarían por el sector privado para un asunto de salud grave. La mayoría (53,7%) prefiere un centro público, pero un 35% elegiría ahora uno privado.

Es el nivel de la atención especializada el que presenta un mayor porcentaje a favor del sector privado. Los preguntados se dividen casi por mitades: el 46,2% optaría por la asistencia pública y el 45,6% por la privada. En cambio, para la atención hospitalaria y de urgencias, los ciudadanos prefieren ampliamente el sector público. La persistencia de problemas de agilidad y coordinación, organizativos en suma, puede estar provocando una creciente desafección hacia el sistema público. Algo que podría tener graves consecuencias, puesto que la equidad en cuestiones básicas como la salud o la educación es el fundamento de un sistema social justo y equilibrado.

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