Irán obliga a 'confesar' a los marineros británicos
La marinera Faye Turney dice en una tercera carta que ha sido víctima de la política intervencionista de Blair y Bush
Irán televisó ayer la confesión de un segundo marino británico, mientras aumentaba su retórica contra el Reino Unido. "Quisiera pedir disculpas por haber entrado en sus aguas sin permiso", se oyó decir al infante de Marina en la cadena Al Alam. A pesar del intento de mediación turco, la posibilidad de una salida diplomática chocó con la irritación iraní por el intento británico de internacionalizar la crisis. El grito de "muerte a Inglaterra" se oyó tanto a la salida de las plegarias del viernes como en el estadio Azadi durante un partido de fútbol. En Londres, la Embajada iraní hizo pública una tercera carta supuestamente de Faye Turner, la única mujer entre los 15 marinos detenidos, en la que dice que es víctima de la "política intervencionista" de Blair y Bush.
"Mi nombre es Nathan Thomas Summers... Fui detenido el 23 de marzo en aguas iraníes, entramos [en ellas] sin permiso. Desde nuestra detención en Irán, nos han tratado de forma muy amigable y nos han cuidado muy bien", manifiesta el infante de Marina antes de disculparse por haber violado la frontera marítima. Las imágenes de Al Alam, cadena iraní que emite en árabe vía satélite para todo Oriente Próximo, mostraban a Summers junto a otro soldado sin identificar y Faye Turney, la única mujer del grupo de 15 marineros e infantes de marina capturados hace ocho días por Irán.
Turney, cuya confesión fue difundida el miércoles, mostró a Al Alam una segunda carta en la que pide la retirada de las tropas británicas de Irak. "¿No es ya hora de que empecemos a retirar nuestras fuerzas de Irak y les dejemos determinar su futuro?", escribe a la Cámara de los Comunes según la página web de la cadena (www.alalam.ir). Además, la Embajada iraní en Londres hizo pública una tercera misiva de la marinera, esta vez dirigida "al pueblo británico", en la que dice haber sido "sacrificada a las políticas intervencionistas de los Gobierno de Bush y de Blair".
"En contraste con lo que oímos y vemos en las noticias sobre cómo los soldados americanos y británicos tratan a los prisioneros en Abu Ghraib y otras cárceles iraquíes, he recibido un respeto total y no me han hecho ningún daño", añade Turney con un estilo forzado que hace pensar que el texto le fue dictado.
Observadores occidentales recuerdan que la Convención de Ginebra, de la que Irán es signatario, prohíbe la exhibición pública de los detenidos y su utilización como instrumentos de propaganda. Sin embargo, la legislación internacional es menos precisa respecto a la asistencia consular. "Sólo establece que se facilite 'sin retraso alguno', pero no fija un plazo determinado", explica un cónsul europeo.
Tras la entrevista con Summers, la televisión mostró de nuevo imágenes del momento de la captura de los marinos en aguas del golfo Pérsico, mientras el presentador del programa preguntaba al reportero por la mediación turca. "Ha recibido una acogida positiva", respondió éste.
La noche anterior, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, telefoneó al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, para pedirle que permita a su embajador en Teherán visitar a los marinos y reconsidere la liberación de Turney, anunciada el miércoles y cancelada después.
Sin embargo, Irán no sólo no hizo ningún gesto en ese sentido, sino que elevó su retórica antibritánica. El ayatolá Ahmad Jatamí utilizó buena parte de su sermón del viernes de la Universidad de Teherán para despotricar contra el Gobierno de Londres, al que acuso de marioneta de Washington. "Irán es un gran país islámico y una potencia que planta cara a América, que es el señor al que obedece el Reino Unido", afirmó Jatamí, que no tiene relación de parentesco con el ex presidente del mismo apellido y es mucho más conservador.
Alentados por la prédica, numerosos de los asistentes a las plegarias de mediodía abandonaron el recinto del campus al grito de "muerte a Inglaterra, muerte a Inglaterra", según pudo verse en la televisión estatal. También los asistentes al partido de fútbol entre el Azadí y el Esteghal, los dos principales equipos de Teherán, corearon ese viejo eslogan de los primeros tiempos de la revolución y pidieron la ruptura de relaciones diplomáticas con Londres.
Los iraníes siempre han recelado del Reino Unido por su explotación de los recursos petroleros del país a principios del siglo XX y su complicidad con el golpe de Estado que la CIA orquestó contra el primer ministro Mohamed Mosadegh después de que nacionalizara esa industria en 1953.
De hecho, el portavoz de Exteriores, Mohamed Ali Hoseini, rechazó las condenas de diversos responsables europeos, entre ellos el alto representante Javier Solana, como "la típica conducta de los tiempos coloniales" y les recomendó que "reconocieran el derecho legítimo de los Estados a defender su territorio". En unas declaraciones recogidas por la agencia oficial iraní, Irna, Hoseini calificó de "inaceptable la intervención de terceras partes".
El Gobierno de Teherán parece profundamente irritado por el intento de Londres de recabar apoyo internacional contra Irán, algo que, en su opinión, no ayuda a resolver el problema. Los analistas estiman que eso dificulta una solución que le permita salvar la cara, ya que pone en evidencia el aislamiento diplomático de Teherán.
MARINERA FAYE TURNEY: "DEBEMOS SALIR DE IRAK"
"Debemos comenzar a retirar nuestras fuerzas de Irak"
"Escribo como parte del personal militar británico enviado al conflicto
de Irak, que ha sido sacrificado por las políticas de Bush y Blair"
"Después de cómo fueron tratados los prisioneros en Abu Ghraib, puedo decir que he sido tratada con respeto taotal, sin sufrir malos tratos"
'MARINE' SUMMERS: "DISCULPAS A IRÁN"
"Quiero presentar mis disculpas al pueblo iraní por haber entrado en las aguas territoriales de Irán".
"He sido muy bien tratado por los iraníes desde el momento de la detención"
"Pido excusas por la entrada ilegal de otros británicos en aguas iraníes en 2004"
"La comida que nos han dado es buena y estoy agradecido por el trato recibido"
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.