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Bruselas iguala el coste bancario de pagos nacionales y extranjeros

El ahorro para consumidores y empresas se estima en 28.000 millones

Andreu Missé

Cualquier ciudadano de la zona euro podrá pagar facturas desde su cuenta o con su tarjeta en todos los Estados miembros con la misma facilidad y el mismo coste que si fuera una operación nacional. Así lo acordaron ayer los ministros de Finanzas de los Veintisiete. La nueva norma simplifica, abarata y acelera los pagos dentro de la zona euro mediante tarjetas de crédito y débito, transferencias electrónicas, ingresos en cuenta y otras modalidades.

La directiva de servicios de pago, un nuevo paso hacia la integración de los mercados financieros en Europa, establece las bases jurídicas para crear la Zona Única de Pagos en Euros (en inglés, Single Euro Payments Area). Con ella, desaparecen las diferencias entre los pagos nacionales y los transfronterizos. Dentro de la zona euro todos los pagos se considerarán internos, según el acuerdo adoptado por unanimidad.

La iniciativa favorece el acceso a los mercados de las empresas y particulares y aumenta la protección del consumidor. La Zona Única de Pagos incidirá de manera significativa en la reducción de los costes de los servicios bancarios básicos de los ciudadanos, cuya factura media anual en los distintos países de la UE varía entre los 34 y los 252 euros.

Actualmente cada Estado posee su propia normativa en materia de pagos y el coste anual oscila entre el 2% y el 3% del PIB. Fuentes de la Comisión Europea indicaron ayer que la eliminación de las barreras entre Estados y la unificación de sistemas permitirá un ahorro anual de hasta 28.000 millones de euros en total. En diciembre de 2005, cuando la Comisión presentó la propuesta de la directiva, había efectuado una previsión más elevada (entre 50.000 y 100.000 millones de euros).

Un buen compromiso

Charlie McCreevy, comisario de Mercado Interior y Servicios, manifestó que el acuerdo es "un hito decisivo para que la construcción de la Zona Única de Pagos en Euros sea una realidad". En su opinión se trata de "un buen compromiso que contribuye a lograr el doble objetivo de apertura de mercados y protección del consumidor". McCreevy aseguró que los primeros instrumentos estarán listos antes de 10 meses, aunque el sistema no entrará del todo en vigor hasta finales de 2009. Éste es el cuarto paso importante en el proceso de integración de los mercados financieros europeos. Primero fue la adopción del euro en 1999. El segundo paso se dio el mismo año con la creación del sistema Target, que eliminó las barreras para los grandes pagos entre los bancos centrales de la zona euro y que constituye la columna vertebral del sistema. El tercer momento importante fue la puesta en circulación del euro en 2002, lo que permitió los pagos en efectivo con la misma moneda. El cuarto paso se dio ayer.

La norma jurídica se aplica sólo a la zona euro, pero la puesta en práctica será llevada a cabo por el sector bancario europeo que en 2002 creó el Consejo Europeo de Pagos. En él participan todos los demás miembros de la UE más Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Así, los efectos finales beneficiarán a una comunidad de más de 500 millones de ciudadanos.

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